10.- Revelando verdades.

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La primera semana luego de que Jiang Wanyin rechazara el amor de Xichen fue dura para ambos. En los pasillos de la escuela se murmuraba que Xichen a penas sonreía, casi no salía de su oficina y al acabar el turno en la escuela solo se iba a casa y no hablaba con nadie más. Se especulaba que tenía que ver con Jiang Cheng porque este estaba casi del mismo modo, con la diferencia de que Wanyin tenía que cuidar a JingYi y se le veía sonriente solo al lado del niño, pero una sonrisa algo falsa, decaída. Todos decían que esos dos habían tenido algo que ver, aunque algunos alegaban que no era verdad, que Wanyin no estaba interesado en Xichen y siempre lo había dejado claro... Pero no podía negarse que debía haber alguna coincidencia en que ambos estuviesen tan tristes toda esa semana.

En la segunda semana Wanyin comenzó a salir más. MingJue intentaba ayudar a ambos a salir adelante porque ambos eran sus amigos, pero Xichen seguía negandose a salir o a hablar con quién fuese, solo quería estar solo y solo es que se quedaba siempre. Sin embargo Wanyin sí quería compañía y el Nie se había encargado de dársela. Todos los días iban juntos a la casa de Wanyin y charlaban por horas, veían películas o cocinaban juntos, eso ayudaba a que Jiang Cheng no pensase en nada más y de ese modo estaba menos triste.

Luego de dos largas semanas el fin de semana sabía a gloria, podia dormir hasta tarde y levantarse un poco después de lo habitual, así que estaba preparado para salir a bailar esa misma noche. Había dejado a JingYi en casa de Wuxian y MingJue había acordado pasar por él a las ocho de la noche exactamente. Wanyin se había vestido muy guapo, aunque algo provocativo, y estaba solo esperando al mayor. El cual llegó a casa poco después a la hora exacta en que acordaron.

Decidieron entrar por una bebida previa para llegar un poco menos crudos a la noche, después de todo ya no eran unos jovencitos y empezar a beber cosas muy fuertes así de golpe podría acabar muy mal para ambos, así que decidieron hidratarse y preparar la garganta para la noche de karaoke que les caía por delante.

Mientras tanto, Xichen estaba en casa abrazado a una almohada de su cama. Le rompía el corazón saber que era su completa culpa que Wanyin ya no quisiese estar con él. Sabía que si lo hubiese cuidado más, o querido más, o apreciado más no estaría en esa situación. Porque sin importar cuántas veces GuanYao se ofreciera él jamás hubiese aceptado si hubiese sabido en aquel entonces lo valioso que era su novio Jiang Cheng... Pero jamás lo hizo. No valoró a ese joven talentoso y soñador que lo amó cada noche y cada mañana sin excepción alguna. Xichen juraba que cada mañana Wanyin lo amaba incluso más que la noche anterior, como si su amor creciera inmensamente por las noches cuál planta nocturna... Y Xichen no lo valoró.

Así que se arrepentía, cada día de esas dos semanas se arrepintió de haber roto el corazón de Wanyin y haberlo hecho que dejase de confiar en él. Se arrepentía de haber hecho lo que hizo y haberse portado como un imbécil. Se merecía a Wanyin lejos de él, Wanyin merecía ser amado por alguien más que si viera lo mucho que vale, lo mucho que es. Tal vez debía apartarse del camino de MingJue y dejarlo ser feliz con Wanyin... Seguro que él sería un buen padre para JingYi y un excelente esposo para Jiang Cheng...

La puerta de su casa sonó repetidamente con toques tan ligeros como el aire, Xichen sabía que nadie más que su familia tocaba de ese modo, así que con ganas o no fue a abrir la puerta pues no podia negarle la visita a su propia familia, aunque en realidad quisiera hacerlo.

Qiren apareció del otro lado con una mirada sorprendida y algo juzgadora. Su sobrino jamás había estado tan poco presentable frente a la gente, pero ese día se veía mal. Tenía el cabello sin peinar, lágrimas en los ojos y otras secas en sus mejillas. Los ojos hinchados y la cara roja. Seguía en pijamas a pesar de ser las ocho de la noche y estaba seguro que ese día no había tomado una ducha.

Regrets - Xicheng.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora