8

209 16 2
                                    

.

Estuvieron buscando por horas y no logran absolutamente nada. No había rastro alguno de lo que fue de aquel juvial joven que vivía con una sonrisa en su cara. Era desgarrador no poder encontrar la luz que el emanaba, la pesadez en el ambiente quemaba a todos los presentes; ver la cara de la madre de su amigo no era reconfortante.

Apesar de su inútil intento de apoyo, no pudieron hacer más por aquella joven mujer que sollozaba en silencio, y sin nada más que hacer todos se fueron a sus casas.

Los caminos de todos se terminaron separando en algún punto. Ahora mismo, caminaban solos con un rumbo en mente, o bueno, eso debía ser así, pero sus pasos se desviaron, el sentimiento de miedo lo invadió, se sentía vigilado.

Paro de caminar, la noche inundaba todo en obscuridad y está a su vez le traía aquel sentimiento de pesadilla que quiso olvidar. Podía sentirlo, podía notar la fuerza que ponían en su mano y como la jalaban, no creía ser capaz de voltear; tenía miedo de verla una vez más.

Respiro pesadamente, el aire no llegaba a sus pulmones y le empezaba a doler el pecho. Sintió como su corazón se detenía, una voz que ya había oído le susurro en su oreja; sentía un aire helado cada vez que terminaba de hablar.

—– 17. 9. 20. 3. 9. 20 - el susurro se detuvo. No supo que hacer y no pudo entender, tenía miedo, ya no podía con esto.

Temblando y al borde de desmayarse es cuando unos brazos lo rodean; pega un brinco y con brusquedad se intenta alejar mientras su garganta se estruja.

—– ¿Qué te pasa Virgo? - escucha una voz familiar y voltea; enfrente suya su hermano Géminis lo mira notablemente confundido. Su rostro retoma un poco de color cuando su respiración se regula.

—– Yo…- agacha la mirada y mira sus manos envueltas en unos guantes, apreta con fuerza su puño que tiembla por la presión que ejerce. —– N-no es n-nada...– miente y calla, sabe que su hermano no está convencido con la respuesta, pero este no se esfuerza en indagar más, solo suspira y mira al frente.

—– Bueno, si tú dices. Solo quería decirte que olvidé mencionarte que Papá no estará hoy en casa, así que no toques y entra con la llave; yo llegaré más tarde. - comenta mientras lo mira fijamente con una actitud despreocupada. El solo asiente y no pregunta nada.

Sin más, su hermano sale corriendo por dónde vino y lo deja nuevamente, sus ojos se desvían al camino y titubean un poco en seguir, pero, negando a su mente, sus pies se mueven nuevamente por aquel camino desolado.

.

Era una noche fría y obscura que abarcaba todo lo que sus ojos pudieran llegar, y extrañamente, se sentía más alterado sin razón alguna, no sabe porque, pero todos estos eventos que pasan entre su círculo de amigos lo está dejando muy agotado, aún si no les da mucho crédito.

¿Quieren que crea que algún ser del más haya los está acosando?. El ya es un adulto como para creer en esas tonterías, y ese era el problema; Estos relatos fantasiosos salían de la boca de alguien mayor que el, de aquel hombre que alguna vez conoció en su juventud.

Sus ojos vacíos miran por la ventana. La voz de su amigo y colega dejo de sonar del aparato en su mano, en su lugar un silencio incómodo llena el lugar.

—– Ya... Entonces, ¿Me estás diciendo que crees que hay algo sobrenatural siguiendo a los alumnos?, ¿Enserio te estás escuchando? – Puede que esté siendo algo descortés, pero era la verdad, no creía que alguien maduro como su compañero soltara de su boca tantas fantasías ridículas.

Nuevamente quedaron en silencio, y la conversación se retoma por el suspiro de exasperacion del contrario.

—– Suena ilógico lo se – guarda un segundo pensando bien lo que dirá —– Pero tu sabes bien que no es la primera vez que pasan estás cosas. – habla, decidido y algo preocupado por el pequeño crujido que escucha al otro lado de la línea, sabía que meter ese asunto no era algo muy moral, pero debía de hacerlo entrar en razón.

—– No digas mierda Tauro, una cosa es una y otra es otra, deja de buscar paranoias en algo que no las hay. – réplica, claramente irritado y con la voz temblando, su mano apreta con fuerza su teléfono haciéndolo crujir.

El otro no responde y el silencio lo exaspera, más que alterado decide colgar y dejar todas esas estupideces que el mayor le está diciendo.

Cuando cuelga es capaz de escuchar una réplica que ignora dejando todo en un silencio de penumbra. Mira sus piernas que tiemblan ligeramente, con fuerza las aprieta intentando parar aquel pequeño temblor mientras su respiración alterada intenta regularse; al final, no logra regular el temblor y solo arruga su pantalón color azul marino.

Suspira, mañana tendría que plancharlo nuevamente.

—– Que desordenado eres Chi.

Su corazón se detiene y no se atreve a voltear a dónde escucha la voz. Cierra los ojos y niega con la cabeza con brusquedad.

—– N-no…– escucha una risita a sus espaldas que lo hace temblar más fuerte en su lugar. —– No estoy loco. No estás ahí, n-no fue mi culpa. – no escucha nada más que su corazón que late con brusquedad. Sus manos siguen temblando —– Yo y-ya lo supere. - escucha una risa adulta y burlona que no se compara con aquella voz juvial que escucho.

—– Volverás a cometer el mismo error Chi. Nuevamente irá a aquel lugar y no volverá jamás.

Su respiración se detuvo. No quería creer que esto era algo más que su resentida mente, pero aún así, aquella nueva amenaza lo alteró de sobremanera, quería- no, deseaba que no fuera nada más.

—– N-no…y-yo – su garganta se apreta con fuerza y no puede seguir hablando, aquella voz suelta una última risa y se calla, dejándolo nuevamente solo y ahora, alterado.

Apreta su puño con fuerza.

—– Eso no pasará.

.

Esto estaba mal.

Aquella presencia a su espalda se ríe con fuerza ante su mueca de desesperación.

—– Parece que falta poco para que por fin se cumpla.

No responde ni abre sus ojos. Aquella plática lo dejo muy alterado e irritado, ese maldito volvía a meterse con el.

—– No lo creo. - responde con fuerza y algo de agonía. Aquel ser detrás suya ríe y lo toma de la cara con brusquedad, sus largas uñas se entierran en su piel y lo hacen quejarse de dolor.

—– No seas ingenuo Kurayami, ¿De verdad crees que ese niño resolverá todo esto? – ríe con fuerza mientras suelta su rostro con brusquedad. —– El ya está más que fuera del juego, sus pequeñas trampas no sirviran de nada. – responde, mientras escucha como se limpia la sangre de las manos.

No contesta y solo le sonríe con arrogancia, lo que termina siendo suficiente para que el se irrite y lo golpe con fuerza en el estómago, dándole a aquella herida que lo hacía agonizar. Grito tanto que sintió como su garganta se desgarraba, incluso, siendo capaz de sentir la sangre que emanaba de su boca.

—– Cuando vuelvas a abrir tus jodidos ojos lo primero que verás será a la maldita llave muerto por tu idiotes. - amenaza antes de retirarse y dejarlo agonizando mientras sentía que se ahogaba.

Sus manos atadas ardían con fiereza y no podía hacer nada por intentar moverlas. Estaba muy cansado, y no creía ser capaz de seguir despierto, y aún con aquellos gritos de agonía que siempre escuchaba, no fue capaz de evitar desmayarse en aquel lugar.

Se lamento antes de desmayarse, aquella chica sufriría en su agonía sola por hoy.

.

.

.

Siento no haber actualizado en un largo tiempo. Pero, lamentablemente esto seguirá así, el tiempo que tengo para estás cosas es muy limitado y no puedo actualizar mucho, y aún con tiempo los fines de semana, no soy capaz de actualizar, simplemente he estado algo apagado a la hora de escribir y no doy mucho.

¡Kyō no nazo Academy! ▬▬  Zodiaco BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora