Capitulo 1

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Narrado por tercera persona

Max todavía se encontraba durmiendo, eran vacaciones aún y se la pasaba a diario saliendo con sus amigos, esa vez se quedó hasta tarde viendo películas de terror hasta que su madre pudo darse cuenta dándole un sermón por dormir tan tarde, pero ahí estaba tocando su puerta consiguiendo que ella se levantará a abrirle, y con una voz aún adormilada respondió poco después de abrir.

─── ¿Mamá, que sucede? ─── Se talló los ojos debido a la molestia que le provocaba la luz del sol iluminando por la ventana, su madre sonriente contestó.
─── Tenemos algo importante que decirte hija, baja con nosotros a la sala, por favor, te espero ahí. ─── Bajo las escaleras dejándola sola, ella aún estaba en pijama, no hizo nada por cambiarse simplemente fue a lavarse la cara y recogerse el cabello en una coleta.

Por otro lado, Billy había recibido un gran sermón por su padre, aún así él intentaba mantener el control, no quería hacer un alboroto, entonces un Billy malhumorado contesto desde atraves de la puerta.
─── Ya voy, señor. ─── Así era que se dirigía a él, se puso las botas y se encargó de salir todavía con el sueño, pero todo era mejor que ver a un Neil molesto.

Una vez que ambos se encontraron ignoraron sus presencias y fueron directo a la sala, sentándose uno al lado del otro, viendo las expresiones con seriedad que los mayores tenían, esperando lo que fuese tan importante que tenían que decirles.

─── ¿Quieres explicarles tú, Susan? ─── Habló Neil ante el silencio que había en la sala, ella parecía nerviosa, asintiendo y con una sonrisa intento sonar gentil al explicarlo.
───Su padre y yo pensamos en... Cambiarnos de casa, hay un lugar en Indiana bastante bueno para todos y... ─── Ni siquiera pudo terminar cuando Billy interrumpió la conversación, se notaba lo molesto que estaba.
─── Esto es una mierda. ─── Escupió con molestia
─── Quieran o no así será, así que ayudarán a empacar ambos, si no quieren que esto se vuelva más difícil. Max corre y traeme el taladro, está en la estantería de arriba. ─── Contesto Neil más que nada mirando a Billy, después simplemente se encargó de ordenar a Maxine.

Max solo asintió, no tuvo otro remedio más que hacerlo, subió las escaleras y después fue Billy, se encontró con ella, estaba enojado con ella, creía que tenía la culpa, la tomo de los brazos y la ensartó en la pared con fuerza.

Maxine

─── Esto es tu culpa. ─── Sentí el coraje de Billy amenazarme incluso por lo cerca que estaba de mi rostro, casi pegando su frente a la mía, intente safarme pero apretó sus dedos contra mi piel pecosa, al instante comencé a quejarme.
─── Claro que no, Billy... Es culpa tuya. ─── solté con mis ojos cerrados y Billy solo me volvió a ensartar, abrí mis ojos y pude sentir su aliento cálido y furioso cerca de mi rostro, estaba demasiado cerca, se acercó a mi oído y se encargó de susurrarme.
─── ¿Qué dijiste, Max? Voy a encargarme de destruirte. ─── Me soltó y se fue, bastante enojado, golpeaba las cosas incluso dio un portazo al entrar a su habitación.

Yo estaba muy asustada pero fui por el taladro que Neil me había encargado y baje las escaleras, pude notar la molestia de haber esperado tanto en el rostro de el Hargrove.
─── ¿Te perdiste en el camino, Maxine?─── Me preguntó y yo le entregué el taladro en las manos, al principio quise decirle que ese no era mi nombre, pero no importaba cuántas veces se lo mencionara, él ignoraba por completo lo que le decía.
─── Yo no... No. ─── Me retire de ahí y me encargue de ir a mi habitación cerré la puerta para cambiarme la pijama, tenía que despedirme de mis amigos, me quite la camisa que traía puesta y tan repentinamente Billy abrió la puerta provocando que yo me tapara, aunque llevaba un sostén de encaje blanco.
─── ¿Oye tienes...─── Ni si quiera lo deje terminar la frase, al ver que el me estaba mirando sin importarle nada me hizo sentir demasiada vergüenza.
─── ¡Dios Billy! ¿No sabes tocar la puerta? VETE. ─── Grité y el soltó una carcajada, después volvió a mirarme, una mirada que significa que nada de lo que estaba mirando le robaba la atención.
─── ¿Qué podría verte, mocosa? Eres una estúpida niña. ─── Mencionó y por alguna extraña razón sus palabras me dolieron, el cerro la puerta y se retiró de la habitación, yo gire y me ví al espejo, aún me estaba cubriendo con mis manos, las quite y era cierto, tengo 13 años, soy una niña a la cual él no puede verme.

Billy

Podría jurar que estaba tan molesto que lo único que hice fue azotar a esa mocosa contra la pared, tenía que hacerlo, después de todo era lo que merecía por ser la culpable de tener que irnos a otro sitio de mierda. Ya estaba lo suficientemente harto. Ella se veía asustada en ese momento, pero de cierta forma me gustaba causarle ese sentimiento, la odio, a ella, a Neil y su esposa, Susan. Pegué mi frente junto a la suya y le dejé muy bien en claro lo bien que estaba hablando en serio, de que me encargaría de destruirla, a ella y a su madre. Y a Neil si eso fuera posible.

Cuando entre en esa habitación encontrandola a ella avergonzada, cómo si lo que fuera que estuviera viendo fuera capaz de causar algo diferente en mi, pero se equivoca, es una estúpida niña, me eche a reír, y me retire de ahí. Pero... El coraje no podía evitarlo, comencé a golpear las cosas y luego cerré la puerta de mi habitación de un portazo, poco después puse la música a todo volumen, quería olvidarme de lo abrumador que estaba siendo todo aquello, no quería irme, mucho menos por esa estupidez.

Tercera persona

Y ahí era que se encontraban, los dos molestos por la nueva vida a la que se estaban enfrentando, empacaron todas sus cosas hasta el cansancio, pero Max se encargó poco después de irse a despedirse de Nate, su mejor amigo y los demás amigos que tenía, puesto a que no sabía cuándo volvería a verlos denuevo, estaba enojada, y demasiado. Pero Billy también lo estaba y lo suficientemente como para hacer cosas de las cuales posiblemente podría arrepentirse después.

Llegó la noche y ambos pasaron encerrados en cada una de sus habitaciones, Max triste, no vería denuevo a su padre ya que desde hace tiempo Neil y Susan se lo prohíben, ella lo extraña, ir al bar con él y observar como juega al billar con sus amigos o ver películas hasta tarde. Ver cómo falsifica identificaciones e intentar arreglar las ruedas de la patineta constantemente.

Billy estaba furioso, furioso y triste. Dejar California no es lo que él quiere, ahí tiene su vida, sus amigos y la playa, puede surfear cuántas veces quiera y broncear su cuerpo frente al sol.

THE SIN I COMMITTED (Hargrove & Mayfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora