Reina de Corazones ©

22. ᴇxᴘᴜᴇsᴛᴀ ( +18 )

- ¿Y esto? - pregunté al ver una invitación en medio de la mesa.

Usualmente no preguntaría y pasaría de largo pero cuando leí en letra elegante el apellido de uno de mis novios, me alarmé.

¿Él asistiría a la fiesta que iban a hacer los padres de Malcom?

- Son invitaciones a una reunión que harán unos amigos.

¿Nuestros padres son amigos? Pensé que ni se conocerían pero ahora caí en cuenta nuevamente que no sé nada de la vida de mi padre.

- Es está noche.

- Así es, iré con tu madre y tus hermanos.

¿No pensaba llevarme?

Me dolió que ni siquiera preguntará. Pero tampoco podía culparlo por no hacerlo, llevo ignorándolo desde el primer día.

- Quiero ir.

Solté decidida. Mis novios iban a estar ahí y bueno... mis suegros de alguna manera eran los que organizaron todo.

- ¿En serio? - se veía sorprendido y dejó de lado su trabajo, sonríe para mí:- Claro, cariño, pero no te compré nada para el evento. Puedes ir de compras y elegir algo bonito, lo que quieras.

Ver su sonrisa y emoción por querer asistir a un evento con él, me hizo ponerme sensible, pero no quise demostrarlo.

Un recuerdo de cuando yo era una niña viene a mí: mi padre muchos años más joven y yo suelto risas mientras él me agarra de la mano para darme seguridad, estoy montada en un caballo de mentira y aunque no era tan alto, para una niña de cinco años sí lo era. Estaba tan feliz ahí encima solo porque él me estaba cuidando y hacía ruidos imitando al animal en cuestión.

Vuelvo a la realidad, claramente ha envejecido y solo pienso que se ve adorable. Saca de su billetera una tarjeta negra y me la entrega:- No olvides los zapatos.

La aceptó y agradezco con cierta timidez con la cabeza, no digo palabra alguna y doy vuelta para irme, pero antes de desaparecer por completo me detengo.

Me armo de valor y volteé, veo que mi padre ya volvió a lo suyo, pero no dudo al momento de hablar.

- Papá. - llamé su atención y él me mira:- gracias... por intentarlo.

Su sonrisa vuelve a aparecer:- De nada, hija.

Sonreí y me fui de ahí lo más rápido posible, me inundaron las ganas de llorar, porque aunque no lo quiera admitir en voz alta todavía...

Yo lo extrañé muchísimo.

(...)

- Estoy nerviosa, ¿Y si no les agrado? - les pregunté a mis tres chicos.

Jade iba a mi lado agarrando mi mano y me miró:- Ya me agradas a mí, eso debería ser suficiente. Además mis padres ya te conocen físicamente.

- ¿Qué? - pregunté exaltada.

Malcom se ríe y Cameron solo sonríe negando.

- Lo vieron menos serio de lo normal y eso les pareció sospechoso, así que le mandaron a seguir y nos vieron contigo. - me cuenta Malcom.

- Aún así, no me conocen en persona y para mí es importante caerles bien.

Miré de reojo a Cameron y recordé lo que días antes me contó Malcom. Sus padres no aceptarían lo nuestro y eso explicaba porque se veía decaído desde que decidimos salir de compras.

- Yo... seguramente no podré estar mucho tiempo con ustedes.

- Tranquila, lo suponíamos, debes estar con tu familia. Nosotros probablemente estemos igual y de todas formas... te estaremos escribiendo.