24. ᴅᴏʟᴏʀ

543 37 1
                                    

- ¡Está despertando! Llamen al médico, ahora.

Todo me daba vueltas y cuando quise mover mi cabeza para observar mejor, una fuerte punzada me hizo quedarme quieta.

- Ángeles, cariño, ¿Cómo te sientes? - enfoqué mi atención al rostro preocupado de mi madre.

- Me duele todo el cuerpo. ¿Qué me pasó? - pregunté con dificultad, tenía la garganta seca e Isabella decidió servirme un vaso de agua:- Gracias.

Bebí mientras esperaba una respuesta a mi pregunta.

- ¿No recuerdas nada? - Isabella parecía aún más preocupada que mi madre, me pregunté la razón.

- Sí, estábamos en esa fiesta y... - pum los recuerdos empezaron a caer como gotas de lluvia y cuando caí en cuenta de lo que había pasado, me desesperé.

Negué, pero mi hermana asintió mientras aguantaba sus lágrimas.

- Papá sigue inconsciente... ya va una semana y los médicos dicen que ya salió de riesgo. Pero que es decisión suya despertar, ellos no pueden hacer nada, pero estamos felices de que tú hayas despertado - se le humedecen los ojos y me agarra la mano:- Gracias.

Las palabras de Isabella me conmueven. Mi madre mantiene distancia, pero se ve tranquila, aunque sus ojeras exponen lo mal que la estuvo pasando mientras yo dormía.

- ¿Dónde está ahora?

- Lo tienen en otra habitación, él recibió la mayor parte del golpe, así que tienen que estar constantemente chequeando.

- Necesito verlo. - intenté levantarme pero no podía. Por alguna razón mis piernas me resultaban pesadas.

- Quédate quieta, el doctor nos dijo que necesitabas descansar, así que vas a hacer eso.

Asentí, no quería preocuparlos. Pero quedarme quieta iba a resultarme difícil, sobre todo porque necesitaba salir de este lugar, nunca me gustaron los ambientes de hospital.

- Tu amiga vino a verte. De hecho estuvo aquí hace un rato, tuvo mala suerte... pude haberte visto despertar.

¿Amiga? Claro... Amy.

- Debo mandarle un mensaje.

- No encontramos tu teléfono, en realidad, no lo buscamos. Pero te compramos uno... tiene el mismo número. Déjame buscarlo - Isabella se acerca al sillón donde se encontraba su bolso, no tarda mucho en sacar una caja y acercarse de nuevo:- Un Iphone, último modelo.

- Gracias, con este no extrañaré tanto el antiguo. - bromeo, aunque seguramente haya pedido todas mis fotos, aquellas que no guarde una copia.

Los mensajes destacados, los audios, los videos... todo lo había perdido. No sabría si sentirme triste o feliz, mis recuerdos estaban en ese teléfono.

- Mamá, deberías avisarle al médico que ya despertó.

- Cierto, iré ahora.

Mi madre desapareció rápidamente. En cuanto la puerta se cerró atrás de ella, mi hermana me miró fijamente:- Dijiste que recordabas todo.

- Sí, eso creo.

- ¿Crees?

- Hay partes borrosas, no lo sé, seguramente nada importante.

- Ese día de la fiesta, yo me comprometí, ¿recuerdas con quién? - ante mi silencio, Isabella continuó:- Ryan Hilton.

En ese momento las partes no tan claras se hicieron entendibles y recordé la razón de estar corriendo bajo una lluvia, llorando y con el teléfono en mano.

Reina de Corazones ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora