20. ᴄᴀʟᴏʀ ( + 18 )

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Caí sobre la cama, me apoye en mis codos y observé a Jade quitarse la camisa que tenía, yo no quise quedarme atrás, empecé a desnudarme.

Me quite mi camisa y la molesta corbata que forma parte del uniforme, seguí con las medias largas y la falda, había quedado en ropa interior.

Agradecí por una vez en mi vida haber decidido ponerme algo bonito abajo, aunque eso a Jade parecía no darle mucha importancia, porque su mirada estaba enfocada en la mía.

Ambos estábamos en ropa interior y yo fui la primera en decidir qué está vez la primera en estar desnuda sería yo, así que agarre el broche de mi sujetador y lo desabroche, exponiendo mis pechos.

Bastó que me quitara esa prenda para tenerlo encima mío, besando, acariciando y tentándome con cada lamida y beso que dejaba al rededor de mis senos, eché la cabeza para atrás al sentir esas deliciosas sensaciones que me brindaba su lengua al rededor de mi pezon. Agarre su cabello negro y lo empuje hacia mi, queriendo eliminar toda distancia que hubiera.

Fue bajando sus besos hasta mi ombligo, me miró y yo me puse roja al ver cómo sonreía orgulloso de cómo me tenía. Me encantas tanto.

Mi orgullo no pensaba admitir que me gustaba la seguridad que proyectaba, era tan sexy ver cómo sabía dónde tocar y besar para ponerme a mil.

- ¿Preparada, mi amor?

No supe a qué se refería hasta que bajo la última prenda que me cubría y con mi ayuda logró sacar para tirarla lejos.

- ¡Joder! Sí... - susurré al sentir sus labios al rededor de ese punto tan sensible para mí. Me abrió la piernas y aunque dolía un poco por no estar acostumbrada, me dejé hacer porque sabía que valdría jodidamente la pena.

Y lo confirmé cuando sentí su lengua recorrer toda esa zona, luego chupar ese magnífico lugar que empezaba a alegrarse ante el cariño que le brindaba esa lengua, sin poder evitarlo empecé a gemir ante esas fuertes sensaciones.

Los sonidos que emitían mi garganta parecían incentivar a Jade, que aumentaba el ritmo y me hacía gritar de una manera impresionante.

No sabía cuánto tiempo había pasado, tal vez eran unos segundos o minutos, pero deseaba que nunca terminara. La estaba pasando tan bien con Jade entre mis piernas, no quería que acabe tan pronto.

Pero el timbre de la casa sonó y yo no iba a permitir que me dejaran a medias. Así que aleje a Jade y aunque lució confundido, mi mirada pareció decirle todo, subió a besarme y yo como pude me deshice de sus calzoncillos.

Jade se acomodó y yo abrí mis piernas para él, ansiosa de ser penetrada y terminar con el calor que me envolvía.

- ¿Cómo me quieres?

Su pregunta me gustó.

- Rudo.

Sonrió y yo me mordí los labios ante mi respuesta tan directa, sonreí encantada al sentir como cumplía con lo que le pedí. Estaba siendo rudo y yo me sentía tan llena, lo besé porque deseaba tenerlo lo más cerca posible, callé mis gemidos con sus labios.

Me separé por falta de aire pero pude escuchar sus gemidos y eso fue lo que me llevó a correrme, él tardo un poco más pero finalmente lo hizo dentro de mí. Me puse como recordatorio tomar la pastilla para el día de después, no quería bebés, aunque no me molestaría si fuera con él.

Joder con lo que este chico me provoca.

- ¡Ya llegué yo...! - la puerta fue abierta de golpe dejándome ver a Malcom.

Jade bufo y se salió de mí, yo no supe que hacer, pero decidí no avergonzarme. Después de todo... Malcom era mi novio también.

- Siempre molestando.

Reina de Corazones ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora