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Nayeon y Jihyo caminaban hacia sus hogares con sus mochilas colgando de los hombros, justo después de salir de clases.

─¿Terminaste el experimento de química? ─habló la rubia.

─Algo así, Momo casi hace que el matraz me explote en la cara. ─ rió suavemente.

─Momo es caliente.

─¿Vas a decir eso cada vez que la menciono?, pareces grabadora.

─¿Lo dije en voz alta?

─Jihyo, te la pasas gritando a los cuatro vientos esas tres palabras.

─Lo siento, lo siento. Es que mírala, es guapísima, no puedo evitarlo.

─Ajá. ¿Y qué paso con Sana?

─Ella ya no es caliente.─ hizo un mohín.

─Mmh, ¿lo dices porque ahora sale con Chou Tzuyu? ─rió.

─¡No!... tal vez un poco. Bueno, Sana es linda, pero Momo me gusta en serio mucho mucho.─ dijo sonriendo. ─ ¿Y tú?, ¿no te gusta nadie?

─No, nadie.

─¿En verdad?

─Nadie.

─Uhm… ¡Ah!, hay rumores de que le gustas a Mina.

Dejo salir una sonora carcajada.

─¿De qué te ríes?

─Es una tontería, no le gusto.

─¿Y cómo sabes?

─Pues lo sé y ya, es imposible. Somos mejores amigas, ni siquiera es lesbiana.

─¿Ella te ha dicho eso?

─Bueno, no exactamente, pero-

─Nada, si ella no te lo ha dicho, entonces no puedes estar segura. ¡Además, hacen una pareja demasiado linda juntas!

─No Jihyo, no le gusto. Además, no me gustan las mujeres.

─Si le gustas, se nota. ¿Has visto como te mira?

─Deja de decir eso, ¿cómo podría gustarle?

─Si no le gustaras, no te acompañaría hasta tu casa, siendo que la suya está en dirección contraria.

─Ni siquiera lo hizo hoy, tonta.

─Mira, justo viene corriendo.─ dijo sonriendo.

Nayeon volteó, encontrándose a Myoui corriendo como si fuera un maratón hacia ella.

─Bueno, me voy Nay. ─se fue rápidamente por la calle siguiente.

─¡Park! ¡Regresa! ─la castaña se encontraba nerviosa, su amiga la había puesto a pensar en sus palabras, quería descartar esa idea de su mente.

─Nayeon, te estaba buscando. ─dijo Mina, jadeante. Nayeon ahogó un grito por la sorpresa.

─Ehm… Lo siento, creí que ya te habías ido.

─No importa, vamos.─ sonrió y comenzó a caminar con la castaña a su lado.

Estuvieron algunos minutos en silencio, algo incómodo, puesto que Nayeon solía iniciar las conversaciones, y en ese momento solo podía pensar en lo que había dicho Jeongyeon.

─Mina... Jihyo me acaba de decir algo muy raro.

─¿Ah si?, ¿qué cosa?

─Dijo que gustabas de mí en secreto.─ rió torpemente. ─ vaya estupidez, ¿cierto?

─¿Ah?, no sabía que era un secreto.

─¿Qué?

─Creí que todo el mundo lo sabía.

─¿Te gusto?─ dijo incrédula, viéndola a los ojos.

─Demasiado, es que, ¿te has visto al espejo?, eres preciosa.─ regresó su vista al camino.

─Mina, sabes que no soy lesbiana…

─Nayeon, cálmate. No te estoy pidiendo nada.─ volvió a ver a la castaña. ─ dios, ¿he logrado sonrojarte?, ¡te ves tan tierna!

─¡N-no!, ¡es el sol, si, el sol! ─ tomó los hombros de Myoui y la giró para que viera el lado donde se comenzaba a esconder la enorme estrella. ─¿ves?

─Nayeon, ¿de qué estas habla- ─ cuando giró de nuevo se encontró con la figura de Nayeon alejándose a pasos veloces. 

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