IV- A

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Me levanté pronto, para ir a correr a la playa, a las seis concretamente para no tener mucho calor, en esa zona en agosto pegaba fuerte el sol y mi piel blanca era sensible a la luz solar, me peiné el flequillo como pude, me mire al espejo y vi mi cuerpo, la cicatriz del lado derecho de mi pectoral, se me ponía mal cuerpo solo de pensar que tenía esa marca, aquellos incidentes me llevaron a una serie de errores que no hoy en día desearía que no volviesen a ocurrir, pero mi pasado sabía que me perseguía y que debía hacerme a mi nuevo pueblo, a mi nuevo trabajo temporal y a seguir viviendo la vida de niño rico que me había tocado, la misma vida que me había llevado a los errores, un círculo vicioso.

Me puse una camiseta de tirantes de Nike negra y simple, unos pantalones cortos y zapatillas simples, pese a todo había crecido en humildad y no me gustaba vestir siempre de caro, pero eso no decía que no tuviese mis caprichos, como mi coche, era lo único que amaba en este mundo y lo único que sabía que no me iba a abandonar.

Me tomé mi batido de proteínas y queratina y salí a correr por la playa, inicié en un trote, manteniendo hasta donde la playa y en cuanto pise la arena aumenté a un ritmo de sprint constante, notaba como se me hinchaban las venas, el sudor cayendo por mi cara y los brazos húmedos, las piernas tensas cada vez pedían mas y mas, hasta que llegué al final de la playa y me detuve poco a poco para no parar en seco y que mi corazón no sufriese lesiones cardíacas, cuando me recuperé me sequé el sudor con la camiseta y me fijé que había un parque de barras al salir de la playa y había unos chavales ejercitándose, así que no me pareció nada mal acercarme a observar como ellos levantaban pesas.

Me apoyé en la barandilla y me quedé mirando a uno que parecía el mas fuerte, pero estaba levantando 100kg en peso muerto, sinceramente para todo el musculo que tenía me parecía poco así que no pude evitar soltar una pequeña sonrisilla con ruido lo cual hizo que el se diese cuenta y me mirase.

-¿Que te parece tan gracioso guaperas?- se dirigía a mi como con aire de superioridad asique me erguí y me puse serio cuando estaba a dos metros de mi.

-No me parece gracioso, me parece penoso que solo levantes 100 en peso muerto, deberías levantar mas.-

-Si tan poco te parece metete y levanta campeón.-

No pude evitar agachar la cabeza para no empezar a descojonarme asique de un saltó pase a la zona de ejercitación y puse 210 kilos en las pesas. Me concentré, agarré la pesa donde debía y conté hasta cinco levantando todo mi peso, miré mis brazos y vi como se hinchaban las venas, me quedé mirando al frente para poder concentrarme, y me mantuve 10 segundos, solté de golpe la pesa y ellos se quedaron mirando con la boca un poco abierta.

-Vaya, ¿te gusta ir dejando en evidencia a la gente?- se acercó mas a mi y yo ni me moví del sitio y solo le miré serio, tenso como la cuerda de un arco.

-Tu solito te has dejado en evidencia levantando solo 100 como las niñas, eso lo levantaría mi hermanita pequeña.- en ese momento me quedé paralizado y mas serio todavía, casi se me cae el alma, al parecer ellos también lo notaron.

-¿Seguro tu hermanita podría levantar eso?- y el y su amigo se rieron, noté como me cegaba la rabia y la ira, traté de controlarme pero no pude, me di la vuelta y le asesté un puñetazo en el pómulo derecho que le hizo caerse y quedarse ahí tirado, su amigo fue a soltarme un golpe pero le esquive por debajo y le di a este un puñetazo en el estómago y luego seguido una patada en el costado que también se cayó.

-No vuelvas a mencionar a mi hermana o eso serán caricias comparado con lo que te haré la próxima vez.- y me marché de nuevo a mi casa.

Gritame en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora