V-I

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Después de aquel incidente y sin poder volver a conciliar el sueño decidí que era buena idea salir a dar una vuelta por el pueblo. Paseando vi una librería y entre para coger un libro y así poder entrenerme. Al entrar vi que estaba Aiden y no me pudo dar más asco estar ahí, pero como era una persona madura mire los libros con la mayor naturalidad posible.

-Si vas a coger un libro lo dejas en su sitio, que lo tengo organizado.- Puse los ojos en blanco al escuchar tal idiotez.

-Vaya, ¿no solo eres un capullo ingrato si no que también sabes tratar a la gente?-

-Solo con quien se lo merece y se porta bien.- me reí y apoyé en el mostrador.

-Que asco me das.- me di la vuelta y me puse a mirar una estantería.

-Jhon Heardy esta dos estantes a la derecha.- miré el estante buscando un autor el cual el no consiguió adivinar-¿Ocurre algo?- me reí.

-Nada, ¿tienes Valeria Goodrich?-

-En ese de ahí el cuarto apartado.- señalo con la cabeza.

Cogí el libro y se lo acerque al mostrador.

-Son 17,00.- le dí un billete de 20 dólares y me devolvió su cambio con una sonrisa. -Disfruta el libro, el mejor capítulo es el 8...- guiño un ojo, y sonrió.

-Gracias.- sonrei de manera malvada- -Un trato excelente, volveré.- y me marché por la puerta con superioridad, Iria 1 yo 0.

Después de aquello, me dirigí hacia mi puesto de trabajo en la cafetería. La tarde paso tranquila, no venia mucha gente la verdad y se hacía lo que se podía, había quedado para reencontrarme con la pandilla otra vez y hablar las cosas de una vez, no tenía sentido alargar más las cosas.

-Vaya Vaya, mi camarera favorita. - ¿Este tipo no tenia otra cosa mejor que hacer?

-Vaya Vaya, el idiota de los dos días- me burle mientras pasaba una balleta.

-Me encantas tu forma de expresar tus sentimientos. - sin quitar la sonrisa mientras se sentaba en un taburete en la barra.

-Lo único que quiero mostrarte es la puerta de salida imbécil. -

-Vaya, ¿mucho jaleo hoy? - Pero este quien se había creído.

-¿Pero a ti que te importa? -

-No se como veo el bar tan lleno.... - dijo a modo ironía.

-¿Que quieres?-

-Una cerveza....-

-Ensañame el carnet- Si los tenia pero por fastidiar que no falte.

-Tengo 22 años, ¿no te fias? -

-Y yo soy rica- un sarcasmo me habían soltado.

-También lo soy- sonrio y cogí la identificación. ¿¡Como que tenía 22?!

-Ten tu cerveza.... - Se la serví con algunas dificultades y bastante espuma.

-Se ve que tienes experiencia con las cervezas jeje-

-¿Te quieres callar? ¿Que le pasa ahora a la cerveza? -

Se levantó con todo el descaro del mundo y giro la barra para ponerse el otra. Lo mire cuando estaba a mi lado y me di cuenta que el muy estúpido era bastante alto y me sacaba unas cabezas.

Gritame en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora