Lizzie descubre que tiene flashbacks sobre su futuro en el que descubre que ella y todos sus nuevos amigos tienen una vida para nada buena en la que todos son personas malvadas y sin corazón.
Tendrá que tratar de ayudarlos en el pasado y descubrir e...
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☯ Narrador Omnisciente
— Charles, no quiero que te responsabilices de nosotras, apenas eres un niño — Esa frase que alguna vez dijo su madre, nuevamente resonó en la cabeza del joven.
— No, yo me encargaré de traer dinero, no te preocupes madre.— Charles le respondió eso a su madre cuando apenas tenía 13 años.
Charles siempre fue un chico tranquilo, nunca se metía con nadie y eso era bueno porque así nunca tenía problemas, el verdadero problema era cuando las personas se metían con él aprovechándose de su inferioridad económica. A veces eso le daba rabia pero nunca hacia nada al respecto, lo único que este chico quería era DINERO.
Cualquier persona que se acercara a Charles y lo conociera diría que él es un enfermero por el dinero de manera muy exagerada. Pero desde el punto de vista de Charles, solo quería mantener a su hermana menor de 10 y a su madre. Quería darles todo lo que su padre no les había dado a lo largo de sus vidas, prácticamente estaba haciendo el papel de padre que lleva dinero a la casa, con tan solo 17 años.
Digamos que sus métodos para obtener dinero se fueron quebrando poco a poco.
Al principio intentó trabajando en un restaurante como mesero. Le fue mal, como siempre los demás se aprovechaban de su necesidad y por su edad y lo explotaban constantemente haciendo que hiciera horas extras que no le correspondían, y con una paga miserable que no cubriría ni la renta de su departamento.
Optó por salirse de ese mísero empleo el día que explotó contra el gerente.
— Charles, te quedarás una hora más— le dijo el tipo con aires de superioridad.
— Pero ya estoy haciendo horas extras— explicó Charles— ¿Si quiera me pagarás extra si me quedo una hora más?
— Oh, Charles, a veces eres tan ingenuo— dijo el hombre— No te pagaré extra, deberías agradecer que sigues en este empleo, joder.
El hombre se fue riendo amargamente.
Rebasó el límite del chico, no era como que Charles perdiera la paciencia fácilmente, casi nunca lo hacía. Empezó a perder la paciencia conforme crecía, conforme veía a la gente sentirse superior por cargar con un puto Rolex. Charles sentía que alguien más se apoderó de él cuando vio al gerente del restaurante irse con una sonrisa de superioridad.
Tomó una botella de agua con gas que precisamente era de vidrio y la rompió con el mesón de la cocina. Las personas que estaban al rededor lo miraron sin esperar que el joven se acercaría lentamente al gerente con esa botella rota y trataría de amenazarlo lleno de furia.
— ¡¿Cuando me darás lo que merezco, hijo de perra?!— gritó mientras colocaba la botella rota en el cuello del hombre.
Más tarde mientras reflexionaba en una celda, repitió lo mismo que le dijo al hombre horas antes:
