Lizzie descubre que tiene flashbacks sobre su futuro en el que descubre que ella y todos sus nuevos amigos tienen una vida para nada buena en la que todos son personas malvadas y sin corazón.
Tendrá que tratar de ayudarlos en el pasado y descubrir e...
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☯ Narrador Omnisciente
Sirius era uno de los nombres más murmurados en la escuela, había muchas razones del por qué a este suceso, él era guapo, encantador, destacado jugador de fútbol americano, sociable, etc. Pero había una razón que destacaba por encima de las demás, su padre.
Su padre, Frank Sorní, que desde sus comienzos había destacado en todo lo que hacía. Empezó siendo un abogado muy reconocido y solicitado por las familias adineradas del país, así fue como reunió su gran fortuna actual, aunque algunos pensaban que las estrategias de Frank al momento de hacer su trabajo eran algo retorcidas, sin embargo efectivas. Todos pensaban que Frank era un hombre muy aterrador.
Poco a poco se metió en la política, sabía bastante sobre todo lo que sucedía en el país así que se le hizo fácil entrar a un partido político en el que se hizo bastante querido, tanto que se volvió un gran candidato a la alcaldía de su Ciudad. Así fue como Frank ahora era uno de los postulantes más destacados, que a pesar de su carente carisma, demostraba tener una gran postura al momento de dirigir una ciudad como aquella.
Por otro lado, Sirius había crecido temiendo a su propio padre, el hombre era alguien bastante estricto que esperaba que se cumpliera todo lo que su boca soltaba. Sirius básicamente había crecido en una dictadura, por lo que le tenía un gran rencor a su padre. Su madre a pesar de todo siempre terminaba justificando las acciones de su esposo, cosa que molestaba aún más a Sirius.
Él recordaba mucho lo que había pasado una mañana justo después de despertar. Su padre sentado en la mesa de la cocina leyendo el periódico, un pequeño Sirius de 8 años totalmente asustado de lo que fuese a pasar. Trató de no llamar demasiado su atención pero fue inútil.
— Escuché que ayer te peleaste con uno de tu compañeros— dijo sin quitar la mirada de aquel periódico.
— E-el me estaba molestando— respondió el pequeño Sirius asustado.
La mirada de su padre lo fulminó inmediatamente, cosa que hizo temblar al niño. El hombre enrolló el periódico y se lo lanzó al rostro.
— No te atrevas a manchar mi nombre, pequeño idiota— murmuró el hombre y se fue sin más.
Sirius lloró toda la mañana en los brazos de su madre.
Eso era lo importante para la familia de Sirius, ser perfectos ante los ojos de los demás, y jamás manchar el apellido de su padre. Ahora que su padre era una figura más importante claramente las reglas eran más rigurosas, hasta el punto de que el hombre quería controlar hasta las amistades y novias de su hijo, su círculo social también debía ser perfecto.
Todo eso ya lo tenía bastante cansado, y sentía que en algún momento mandaría todo a la mierda, sin importar qué. Sirius ya no quería ser la marioneta de su padre.
2015 (17:45 P.M)
— Sé que lo lograrás, tú eres literalmente perfecta— mencionó Lizzie apoyando a Pandora.
