-Al cabo de un par de días después de todo lo ocurrido en el campamento, Madeleine y su ahora esposo Espresso ya habían regresado a casa. se encontraban en la mesa del comedor haciendo algunas cuentas de dinero tranquilamente sin iniciar alguna conversación por el momento debido a la concentración en las cuentas de los números en estos dos. Espresso por su parte fué el primero en terminar y dió un chillido de emoción al ver todo perfectamente arreglado, Madeleine estaba según el por terminar pero todavía faltaba bastante antes que pudiera seguir Espresso habló.
E: ¿Quieres que lo termine por ti?
Luces muy estresado, son demasiadas cuentas.
Puedes irte a dar un baño si gustas..!M:De verdad que me harías una gran ayuda pero puedo hacelo solo... Creo-
E: No te preocupes cariño~
Ve a arreglar tu ropa y eso, en un momento te alcanzo, veo que te falta mucho...M: ¿De verdad?
E: Insisto, Lo haré por ti.
M: ¡Muchas gracias!
-Madeleine dió un saltito de la silla y rápidamente le dió un beso en la mejilla a Espresso, este se sonrojó levemente y mostró una sonrisa nerviosa, El rubio salió corriendo a la habitación por su ropa y al bajar pudo apreciar a Espresso contando y escribiendo con total fluidez y felicidad. Entró al baño y en la regadera después de un par de minutos pudo escuchar como la puerta del mismo baño se abría lentamente.
E: Ya terminé, ¿puedo entrar?
M: Hasta la pregunta ofende, ¡Claro que si!
-Espresso accedió a desvestirse y entrar a la ducha junto a Madeleine, rieron un poco de los nervios al recordar la vez anterior que hicieron lo mismo. Ambos se bañaron tranquilamente ayudando al otro a pesar de poder hacerlo perfectamente aunque esto solo fuera como un gesto romántico.
Al salir de la ducha directo a su habitación nuevamente, Madeleine pudo observar todos los papeles y cosas utilizadas muy bien arregladas en la mesa, esto le provocó una profunda tranquilidad y siguió su camino al cuarto junto a Espresso para finalmente vestirse con una ropa más cómoda.
E: ¿Tienes planes para hoy?
M: No realmente.
E: Bien, sólo estaré en mi biblioteca..!
M: ¿Que vas a leer?
E: Ay que chismoso~ -Dijo en un tono burlesco mientras se iba retirando de la habitación.
M: ¡Solo preguntaba!
-Madeleine se quedó en soledad en la cama de la habitación tranquilamente acostado viendo su teléfono, de inmediato se apuró y comenzó a hacer llamadas a sus amigos y sobre todo a su madre como loco.
Al terminar todo ese escándalo por fin se calmó un poco más, suspiró y se levantó de la cama para ir a buscar a Espresso. Llegó a la pequeña biblioteca de este y le dió un beso detrás del cuello dando a entender que se encontraba ahí.
Espresso volteó a verlo con una sonrisa mientras sostenía en ambas manos un no tan pesado libro, colocó un separador de gatito que Madeleine le regaló para cerrarlo y hacer caso a las peticiones de cariño por parte de Madeleine, el rubio se sentó en las piernas de Espresso acariciando su suave cabello y sacaba una hoja de papel arrugada de uno de sus bolsillos.E: ¿Y eso?
M: ¡Hice una pequeña lista de las personas que invitaré..!
E: Realmente estás muy emocionado, no hablas de nada más que de esta boda... Me encanta la dedicación que le pones a esto.
M: ¡Voy a casarme con Espresso!
A quien más amo en este mundo y entregaría mi alma a cambio de su amor. Obviamente esto es muy importante para mi.E: No necesitas entregar tu alma, yo ya te amo demasiado...~
-Espresso sonrió tiernamente y tomó de ambas mejillas a Madeleine para besarlo tranquilamente.
E: ¿Puedo ver tu lista?
M: Hmm... Claro, toma!
-Espresso la tomó y leía con total paciencia el nombre de cada persona en aquella lista, quizás dudaba de algunos invitados pero con tal de hacer a Madeleine feliz podría soportarlo.
M: ¿Tu ya hiciste una lista? O bueno no necesariamente una lista más bien.. ¿Sabes a quienes vas a invitar?
E: Ya tengo algunos en mente, ¡la mayoría son amigos!
M: Perfecto, recuerda que en un par de horas más vamos a salir.
E: Ok...
M: ¿No estás emocionado?
E: ¡Claro que lo estoy! Te veré en un lindo traje, un altar floreado y hermoso anillo, ¿Como no podría estar emocionado?
M: jeje... Iré de una vez arreglándome para no estar apurados a última hora!
Tu también deberías.
E: ¿Que hay de malo con la ropa que traigo?
M: Realmente nada pero creo que deberías vestir algo más adecuado para la ocasión.
E: Madeleine, dueño de mi corazón, tu siempre tan vanidoso.
M: ¡Solo digo!
•Espresso volvió a besar a Madeleine y hacerlos levantarse, caminaron tranquilamente a la habitación y ahí comenzaron a vestirse con otra ropa, algo "adecuado para la ocasión", una vez ya con otra ropa regresaron a el comedor para tomar una pequeña parte del dinero, Madeleine anotó algo en una libreta que estaba ahí en la mesa y se quedaron viendo televisión solo perdiendo el tiempo por unas horas hasta por fin salir de la casa.
Iban rumbo a un lugar en especial ubicado cerca de la plaza.
Al entrar al local fueron amablemente recibidos por Mont Blanc Cookie (Iniciales: MB). Espresso sonrió un poco nervioso y Madeleine tomó la iniciativa de la conversación.M: Mont! Que alegría me da verte el día de hoy.
MB: Bienvenidos par de tortolos, ¿Se les ofrece algo?
M: Pues... Buscamos unos trajes en especial, supusimos que tendrías algún diseño parecido.
-Dijo Madeleine mientras le mostraba en su celular unas fotos de unos elegantes trajes, el de Espresso claramente solo sencillo, colores obscuros como siempre y unas cadenas con broches de decoración, mientras que el de Madeleine era todo lo contrario, colorido de tonos azul pastel y amarillo.
Mont sonrió confiada y casi de inmediato sacó de un ropero gigante detrás del mostrador unos diseños totalmente iguales para su buena suerte.M: ¡Wow! ¿Como hiciste-..
MB: No tienes que preguntar, estos son los diseños que buscan, aquí tienen.
-Exclamó con una gran sonrisa mientras Madeleine y Espresso iban pagando ambos trajes de una vez, recibieron un gran ticket y salieron bastante agradecidos y deslumbrados por la rapidez que lograron comprarlos, ahora faltaba todo lo demás.
🎀
-Espresso y Madeleine llegaron a casa con demasiadas bolsas encima para después dejarlas regadas por la mesa y suelo de la sala. Ya estaban bastante agotados por todo lo que caminaron por la ciudad comprando cosas y cosas, pero valdría totalmente la pena.