~"¿Qué hice mal?"~

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~~~Kacchako Week 2022 ~ Comida~~~


Pero de pronto escucharon unas risitas y los 2 giraron el rostro, en automático ella se dio la vuelta y le dio la espalda, él desvió la mirada porque un par de chicas que iban unos cuantos escalones más arriba y con las manos llenas de bolsas se les quedaron mirando y rieron por el encuentro de ambos; y es que ese tipo de acercamientos en público no eran comunes en Japón, mucho menos entre un par de aspirantes a héroes; aunque hasta sólo lo habían reconocido a él; con ella pasaría muy pronto.

Una vez salieron del centro comercial él se encaminó a pedir un taxi y alguien se dirigió a ella; cuando Bakugou giró la cabeza vio que había un grupo de chicas rodeando a Uraraka; ella firmaba autógrafos y algunas personas le sacaban fotos en las que ella posaba sonriendo; para cuando un taxi se detuvo él se giró con ella.

- Oi, ya nos vamos. –

- ¡Oh! Si voy, lo siento, debo irme. - z

- ¡¿Es Dynamight?! –

- Si. – Y se despidió con la mano avanzando hacia la calle, el chico le abrió la puerta y ella entró en el taxi y entonces una chica señaló; Uraraka escuchó lo que se dijo y en automático llevó el mirar hacia el rubio que tensó todas las venas de su frente.

- Pensé que te quedarías con Deku. –

- Si, porque siempre están juntos. - Ella notó como las manos de Katsuki se tensaron y le habló antes de que soltara algún improperio contra los fans.

- Bakugou kun, vamos. – El chico giró el rostro y la vio y apretó los puños, aunque regresó el mirar a la gente terminó metiéndose en el auto; para cuando cerró la puerta ella lo miró. - ¿Estás bien? –

- ¿Qué mierda se cree la gente? Ahora resulta que si tienes amigos y te juntas con ellos ya hay amor. –

- ¡Ssshhh! Está bien Bakugou kun, deja que la gente diga lo que quiera, son fans nada más, tienen sus opiniones, no quieren decir que sean correctas o sensatas. –

- ¡Gente de mierda! – Dijo con una expresión de completo odio, los ojos en blanco y las venas marcadas en el rostro, poco faltaba para que la "Bakuaura" hiciera acto de presencia.

- ¡Jejejeje! –

Viajaron casi en silencio, sólo escuchando la música del taxista mientras ella miraba por la ventana, él iba en su teléfono; aún molesto por lo sucedido, independientemente de las elecciones del peliverde o de la castaña; la gente no tenía porqué meterse, eso lo hizo enojar y por ende buscar una manera de estar lo mínimo en la calle; tal parecía que los fans de él, siendo niños, eran más respetuosos que las fans de ella que eran adolescentes. "¿Qué clase de fans son esos?" Se dijo aún molesto. 

Una vez se bajaron, el rubio pagó el taxi y la chica se fijó en el lugar que la esperaba; pronto abrió los ojos de par en par muerta de la sorpresa pues ante ella se encontraba uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad, sin mencionar costoso. "¿Está loco? Este lugar es demasiado caro" Pero no parecía que para el chico fuera cualquier cosa, ella se dio cuenta que él había sido minucioso con el evento y cuando las cosas comenzaron a salirse de sus planes, comenzó a quejarse. Nada le dijo y caminó con él hacia la entrada en donde los recibió el anfitrión; curiosamente se dirigió al chico en una combinación muy elegante de francés y japonés; la castaña elevó las cejas al escucharlo porque el acento se le hizo de lo más encantador, no era como Aoyama, esto era sólo el acento en perfecta entonación del japonés.

Entraron en el restaurante y los condujeron a una mesa, el lugar estaba particularmente vacío, más no del todo, al parecer eso le dio gusto al rubio que lo primero que hizo fue fijarse si había personas cerca de la mesa que ocuparían. El lugar era muy elegante; tenía una fuente al fondo y el sonido de la caída de agua era agradable; el techo era alto y las lámparas de conectores largos tenían pantallas redondas que caían de manera dispareja y sin un orden por todo el lugar, parecían esferas flotantes en el techo que le daban un aspecto misterioso pero gracias a la cantidad, iluminaban bien sin llegar a caer en la saturación. La mesa de ambos estaba pegada a la pared, ya estaba preparada y cuando llegaron a la misma el anfitrión le quitó el letrero de reservación, entonces esperó que se sentaran para dejar las cartas a cada uno. Bakugou se vio obligado a ser un caballero delante del sujeto, era demasiado evidente que tenía que hacerlo así que intentó ser rápido con el asunto, básicamente porque le daba vergüenza con Uraraka; se acercó y abrió la silla y ella le miró sorprendida.

~Por un Maldito Malentendido~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora