~El Conejo de la Luna~

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~~~Kacchako Week 2022 ~ Festival~~~

Obviamente después de escucharla Bakugou se quedó pasmado porque ella tenía toda la razón del mundo, él se desahogó, pero todo había sido muy precipitado y definitivamnte le estaba pidiendo demasiado. No hablaron mucho porque el metro estaba por llegar a una estación y cuando ella escuchó la bocina que anunciaba la próxima parada se avergonzó y decidió terminar la llamada. Siguió en la computadora pero dado que no encontró nada "comprometedor" terminó por ponerse a hacer sus deberes. 

Al día siguiente Uraraka sería sorprendida con la noticia de que la darían de alta ese día por la tarde pero que todavía debía reposar, apenas el médico se fue de la habitación se levantó y tomó el teléfono para llamar a Bakugou, pero claro, el chico estaba en clases y cuando su celular comenzó a sonar todos le miraron, algunas risitas se oyeron por ahí pero cuando él sacó el aparato y vio el número que había registrado como "Hospital" Se levantó cual resorte. 

- Oi ¿a dónde vas? Apaga eso. - 

- Debo responder. - 

- Estás en cla... ¡Oye! - Pero el rubio pasó en las narices de Cementoss y salió del aula llevándose el teléfono a la oreja. 

- Mochi. - 

- Dime que no te interrumpí. - 

- No. - Le mintió descaradamente.

- ¿De verdad? Es que a esta hora hay clases. - 

- No importa, ¿qué pasa? - 

- Hoy me darán de alta. - Y sonrió de lado a lado. 

- ¡Bakugou entra! - Se asomó el maestro por la puerta y Uraraka lo escuchó. 

- Te van a regañar, mejor hablamos después. - 

- ¿A qué hora sales? - 

- No lo sé, te aviso. - 

- ¡Dije ahora! - Gritó el maestro y Bakugou no tuvo más remedio que obedecer.

- ¡Agh ya voy! - Terminó colgando pero lejos de verse molesto, parecía feliz. Del mismo modo ella que había avanzado en sus deberes y los había enviado a su maestro por la mañana, esa tarde sus padres llegaron para ayudarla a volver a UA. Aunque tenía que seguir las indicaciones del médico como no hacer esfuerzos con las manos, tomar sus medicamentos y usar las férulas por un par de semanas ya que sus  muñecas aún estaban resentidas por los grilletes que, gracias al peso de su cuerpo, la lastimaron en sobre manera. 

Uraraka esperó hasta el último momento para llamar a Bakugou, ya se había cambiado de ropa, sus padres habían llevados sus flores al auto así como su mochila y sólo faltaba el maletín de la laptop. 

- ¿Te ayudo con esto? - 

- ¡No! Eso lo llevo yo. - Su padre se fijó en el nombre de la etiqueta que colgaba del cierre del maletín. "Propiedad de Dynamight" 

- Así que Dynamight... - Y ella se sonrojó inmediatamente. - Vaya, quien lo diría, recuerdo cuando vi a mi niña pelear contra él en la televisión. - 

- Ay papá por favor... no lo digas así que es penoso. - 

- Para nada, no debes sentir vergüenza de enamorarte. - 

- ¡Oh! - Terminó con la cara tapada, aunque como las férulas le cubrían casi toda la mano, sus dedos la tapaban. 

- ¡Jajajajaja! Está bien, yo entiendo, algún día mi niña tendrá que irse y hacer su vida. - Eso la dejó pensando e hizo descender sus manos para mirarlo, su padre le sonreía con bondad. 

~Por un Maldito Malentendido~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora