- 𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐭𝐫𝐞́𝐬 -

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La alfa entró a la habitación tanteando todo a su al rededor en la oscuridad, no había querido encender la luz en ese momento porque sabía que sería una molestia para sus ojos y los de la bebé, quién en ese momento lloraba desconsoladamente, de pi...

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La alfa entró a la habitación tanteando todo a su al rededor en la oscuridad, no había querido encender la luz en ese momento porque sabía que sería una molestia para sus ojos y los de la bebé, quién en ese momento lloraba desconsoladamente, de pié sosteniendose de las barandas de su cuna, no sabía la hora pero sabía que era realmente tarde y en ese momento sentía que estaba más dormida que despierta.

—Estás insoportable —susurró hacía la cachorra antes de tomarla en sus brazos, llevándola consigo hacía su habitación.

Sin embargo la bebé no dejaba de llorar a pesar de ya estar junto a su madre, y debido a esos llantos cualquiera podía pensar que podría estar enferma o que le dolía algo, pero sus madres sabían muy bien lo que su hija tenía.

Cuándo la omega había dicho que no había más leche para ella estaba hablando en serio, una semana se pasó sin que la pequeña recibiera siquiera una gota, lo cual había ocasionado escenas como estas, en las que se despertaba en medio de la madrugada deshaciendose en llanto, así como también se la pasaba de mal humor comportándose mal.

Rosé se recostó en la cama con la cachorra hipando, pero al sentir más de cerca el aroma de su madre se soltó a llorar nuevamente, la alfa suspiró cansada, eran apenas primerizos que no estaban sabiendo lidiar con una situación como esa.

—Amor, por favor —pidió, su voz ronca dejaba en evidencia su cansancio— dale.

Jennie inevitablemente había despertado por el escandalo de su hija, pero se negaba a hacer algo al respecto, por supuesto que algo dolía en su interior al oírla de esa forma, pero creía que tenía que ser más estricta con respecto a la decisión que había tomado, en algún momento Minjeong tendría que acostumbrarse.

—No se trata de hacerlo para que deje de llorar Rosé, volverá a acostumbrarse y entenderá que si llora obtendrá lo que quiere —respondió este, abrazando a su bebé ya recostada en la cama pero sin dejar de llorar, agradecía que las casas en su vecindario no estuvieran demasiado cerca entre sí, porque ya hubiera recibido demasiadas quejas por su bebé llorona.

"¡He estado teniendo pesadillas! ¿no tienes compasión por tu bebe?"

—Curiosamente hoy vi una campaña en televisión, alentaba a amamantar a los bebés al menos hasta los dos años —contó el mayor— La bebé no tiene ni uno aún.

—Yo creo que eso depende de la madre a cargo del amamantamiento ¿no crees? —respondió Jennie— Para ti es fácil decirlo porque no eres a quién le toca hacerlo.

"Soñé que otros bebés se tomaban mi leche, fue horrible"

Minjeong tiraba de la camisa del pijama de su madre, queriendo que al menos por esa vez accediera, y así finalmente poder dormir bien como hace días no lo hacía.

—Lo sé, tienes razón pero mírala como está, casi no duerme, ¿no piensas que fue muy repentino? Quizás es por eso que se comporta así —dijo la alfa— Creo que debería ser de forma gradual, poco a poco hasta que ya se haya acostumbrado.

Jen podía escuchar a su bebé sollozando bajito, su loba en el interior aullaba, sabiendo que su hija necesitaba de ella, quizás Rosé tenía algo de razón en lo que decía, su intención no era causarle problemas como ese a la cachorra, pero en su mente la solución había sido esa, pensando que en algún momento solo pararía de llorar y todo estaría solucionado.

—¿No lo estás diciendo sólo porque ya quieres dormir?

—No... Bueno sí -admitió la alfa— Pero también pienso que es así, está acostumbrado a recibir algo, si se lo quitas de forma repentina es lógico que su reacción no sea para nada buena, de todas formas cada vez está comiendo más sólidos, puede ser que hasta ella misma decida dejarlo.

"A veces me enorgullezco de ti mi querida madre"

—¿Qué sugieres entonces?

—¿Qué tal si le das sólo para dormir?

"Acepto ese trato"

—Mamá —llamó la pequeña, tratando de persuadirlo de igual forma.

La omega suspiró y comenzó a hacer de lado su camisa, esperaba estar haciendo lo correcto.

—Pero si me muerdes otra vez, si será definitivo, no importará cuanto llores, ¿entendido? —en ese momento balbuceó y Jennie sintió como si estuviera respondiendole.

Se inclinó un poco dejando un beso en su pequeña frente y la acercó para dejarlo alimentarse.

"Ahora sí, a mimir"

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ʙᴀʙʏ ᴛʜᴏᴜɢʜᴛs| ᴄʜᴀᴇɴɴɪᴇ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora