Promise

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𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 • 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓.



Había llegado del trabajo con mis ánimos en la basura después de ver anoche a mi esposo en mi cama con otra mujer.

No me volveré a enamorar de un compañero. Lo prometo.

Aún así, no pude faltar a mi trabajo de meteoróloga. Siento que es en lo único que puedo hacer y distraerme sin pensar en ese hombre por un momento.

Mientras iba a las puertas de la oficina, pude escuchar quejas de un trabajador con los vigilantes del edificio. Simplemente no lo dejaban entrar por no traer su identificación.

-- Le juro que soy yo, sólo que en esa foto tengo peso de más -- rió nervioso.

Era Aidan, ese niño que siempre se la pasa en la oficina caminando de un lado a otro y teniendo el control del clima.

Ha hecho espectáculo esta semana gracias a que todas sus “teorías” del clima eran ciertas. Siempre lo encontraba en los pasillos peleando con el director sobre archivos y la temperatura.

Para dejar de oír aquellas quejas que terminaron de arruinar mi día, decidí defenderlo y decirle a los vigilantes que él era parte de la oficina.

-- Déjenlo pasar. Es Aidan Gallagher del equipo Elite 8U -- dije y ellos sin más lo dejaron pasar.

En el camino me agradecía por todo lo que había hecho.

Como si fuera lo mejor que pude hacer.

-- ¿Puedes dejar de agradecerme por todo lo que hice? No exageres.

-- Sí, claro, lo siento _______.

-- ¿Cómo te sabes mi nombre? -- pregunté extrañada viéndolo.

-- Eres la nueva directora del equipo principal, me dieron un ascenso y ahora podemos trabajar juntos. ¿Qué te parece? -- dijo emocionado.

No, sin duda no sé qué me puede parecer.

Estábamos en una reunión de grupo, simplemente salir a un restaurante y beber unas cervezas, era mejor olvidar por un momento todo el trabajo, el clima, la temperatura y todo lo que tenga que ver a un lado de mi mente.

-- ¡Hasta el fondo! ¡Hasta el fondo! -- gritamos todos al unísono mientras Jerry, el programador de nuestro equipo de unos sesenta años, tomaba un shot de tequila hasta el fondo.

-- ¡Turno de _______! -- gritó Estrella, quién me estaba dando otro shot de tequila.

Aunque me la estaba pasando bien, era la más sobria de todo el grupo sin contar a Aidan, quién me veía con atención y preocupación.

-- Oh, no, no. Yo tengo que manejar, Estrella, no puedo -- negué.

-- ¡No haz tomado nada! ¡Sólo un pocoooo! -- hizo berrinche haciendo que todos en el restaurante nos miraran de tal manera.

No tuve de otra y acepté.

-- Bien, pero solo uno y deja de hacer berrinche -- reí, miré a Aidan de reojo el cual aún tenía su mirada en mí y tomé el shot de una sola vez.

Sentía que me quemaba la garganta, veía cuadritos mientras tenía los ojos cerrados, de repente comencé a toser.

-- ______, ¿estás bien? -- Aidan vino hacia mí.

-- Esa mierda está demasiado fuerte -- sentía que me quemaba como si hubiera comido la cosa más picante del mundo.

-- Ven, tienes que tomar aire -- me ayudó a levantarme de mi asiento y ambos salimos por la puerta del restaurante.

En estas últimas dos semanas, Aidan ha estado conforme el grupo, se ha dedicado bien y concentrado en lo que hace, pero, siempre he notado que me dá más atención a mí que al resto.

O es muy gentil, o...

-- Wow, ese tequila sí que fue fuerte, te dejó roja como tómate -- rió.

¿Roja como tómate? no pude evitar sonrojarme ante aquel pensamiento, más por la atención que me daba y la cercanía que teníamos en este justo momento.

Veía al suelo mientras se calmaba el tequila entre mi paladar y mi garganta. Eso fue demasiado fuerte.

-- ¿Ya te sientes mejor? -- preguntó mientras pasaba un mechón de cabello detrás de mi oreja, al voltear a verlo, pude notar ese brillo en sus ojos y su sonrisa de dientes blancos -- ¿No te han dicho lo linda que eres, ______? -- ese comentario me puso nerviosa.

Trata de esconder los nervios, ______.

-- Yo, eh... -- no supe qué decir, mis mejillas se tornaron más rojas de lo que ya estaban.

Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración chocar contra la comisura de mis labios, veía sus ojos y sus labios, mientras él veía mi rostro con dulzura teniendo esas profundas ganas de chocar mis labios con los suyos.

-- ¿Qué sientes? -- susurró en la cercanía.

-- Mariposas -- sin más sentí como sus labios chocaron con los míos. Quería negarlo pero no podía, esto se sentía como en las nubes.

Me sentí querida con un verdadero beso por parte de él. Me sentía segura con su lado en menos de dos semanas.

Él me agarró de la mejilla para profundizar más el beso, estaba en shock por un momento pero después le correspondí. No podía evitarlo.

Nos separamos, él con una sonrisa y yo con una sonrisa mental pero físicamente en shock por todo lo que sentí.

-- Desde el primer momento que te vi en los pasillos de aquella oficina me gustaste desde el primer momento y necesito que sepas estas emociones que siento por ti, _______ -- dijo rápido, sonreí inconscientemente.

Lo besé con cariño, demostrando el amor que había sentido por estas dos semanas, todo lo que me he guardado y no he podido sacar.

Rompí mi promesa y me enamoré de Aidan, mi compañero de trabajo.

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora