Talent's circus. (Part 2)

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Los días en el trayecto eran tardíos para Aidan, estresantes para Phineas por los mosquitos, por las quejas de las demás personas, y para Richard fue igual de estresante por su acompañante. Él no quería seguir escuchando estupideces en el camino. Pero sabía que podía valer la pena una vez que podían haber llegado a su destino, y así fue, al llegar a uno de los muchos circos que tenía Phineas esparcido por el mundo, lo primero que hicieron fue encerrar a todas aquellas personas en jaulas, a excepción de Aidan, el cual, estaba asustado.

---- ¿Qué harás con él? ---- Richard preguntó una vez que se acercaba a los dos.

Phineas tenía todo muy bien pensado. Era claro que la belleza del chico no la tendría cualquiera, y eso lo podía beneficiar en tener más ganancia. Era algo mucho lejos que entretener a niños y aburrir a padres desesperados por salir.

---- Tengo un plan con el niño ---- dijo frente de él. Aidan no se sentía en confianza, pero no podía decir nada si no se quería llevar otro golpe ----, él bailará y... Tendrá citas.

Aidan, al escuchar aquello, se había confundido, pues bien no sabía a qué refería porque nunca antes había oído algo sobre el tema. No sabía si hablaba de citas al médico o una cita común y corriente.

Richard se pudo dar cuenta de eso. Tal vez, aunque Aidan tenga un cuerpo bien formado y un rostro angelical, su forma de ser era como la de un niño. Pronto supuso que él no había ido a la escuela.

---- Oye ---- Richard lo llamó, teniendo su atención ----, ¿sabes de lo que habla? ---- señaló a Phineas a un lado de él, llevándose una negación del ojiverde sentado y amarrado en suelo.

---- Obviamente que no, estúpido ---- respondió en voz alta su amigo ----. Eso es la parte buena, aunque no sepa qué es este tipo de negocio, sabrá tarde o temprano cómo hacerlo bien.

Richard no podía creer lo que le decía su amigo. Era un completo loco el pensar que aprovecharía su inocencia por dinero.

---- ¿Te estás aprovechando de su inocencia para tu beneficio? ---- preguntó en voz alta, dirigiendo su mirada a Phineas.

Phineas estaba irritado de su comportamiento extraño. Tanto él como su amigo sabe perfectamente que pudo haber cambiado su forma de pensar.

---- ¡Tú también lo haz hecho con esas cosas, así que no te indignes por mi culpa! ---- señaló la jaula un poco lejos de ellos.

---- ¡Pero no con niños que no saben qué es el sexo, imbécil! ---- alzó la voz ----. ¡Estás vendiendo su cuerpo, Phineas, ¿te estás escuchando?!

---- ¡¿Y qué?! ---- ese grito fue el que hizo callar hasta el mínimo mosquito dentro de esa carpa ----. ¡Si quieres sobrevivir entre esta porquería, no queda nada más que hacerlo! ---- prendió un cigarro mientras iba a la dirección de Aidan, dispuesto a obligarlo a caminar, fuera de aquella carpa roja y grande.

Era claro una cosa, Richard había abierto los ojos, él mismo sabía que todo lo que hacían estaba mal, que esas personas no tenían nada de malo y mucho menos ese pobre chico, que por alguna razón, le hizo darse cuenta de sus verdaderas acciones.

Sentía que ya no quería hacerlo y estaba dispuesto a hacer que Phineas cambie de opinión para así, ganar más dinero en otro tipo de inversión, pero a la vez, sabía que personas como él no tenían alguna escapatoria, así que, no tenía de otra que renunciar por su propia cuenta aunque no le parezca lo mejor.

Pero ese niño... Él... Tenía algo que no lo tenía cualquiera. Él, como nadie de los que estaban enjaulados tenían la culpa de algo. Ellos sólo eran inocentes, esperando ser felices por vivir una vida en paz.

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora