Prólogo.

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—Bueno, casi morimos, no fue nada del otro mundo ¿O si?— dice Fefa y yo juro que estoy a punto de golpearla.

Caímos por un risco y estamos en un pequeño pedazo de tierra, si esto se cae o nos movemos mucho, una altura de unos cuantos metros hacia el agua nos espera para seguramente asesinarnos en el acto.

—Mierda — digo, no sé qué hacer y tampoco sé nadar, toco mi teléfono con la mano que está en mi bolsillo— ¿Qué carajo hacemos? Si, podríamos morir.

—Bueno, la muerte, por los momentos, no es una buena opción— dice entrando en razón— ya no es tan divertido Nane y siento como si el piso se estuviera moviendo.

No es el piso, somos nosotras que nos movemos por el viento.

— ¿Trajiste tu teléfono?— pregunto.

—Lo dejé cargando.

Saco el mío, a las dos nos brillan los ojos, es nuestra única esperanza y hay que rezarle.

—Mierda! — gritamos las dos al mismo tiempo cuando vemos que solo tengo 3% de batería.

¿Por qué no lo puse a cargar ayer? Ah, cierto, estaba un poquito ocupada.

—Solo puedes llamar a alguien, piénsalo bien— dice poniendo toda la presión en mi.

—Bueno, creo que son los únicos que pueden salvarnos— digo buscando rápido el contacto.

—Esto no es muy de guayabas en acción que digamos— dice Fefa mientras nos agachamos hasta quedar acurrucadas en el pedazo de tierra.

—Tienes razón, ahora parecemos un tamarindo aquí abrazadas— digo y es cuando contesta la llamada.

—¿Hola?— dice.

—Escuchame bien todo lo que diré, es de vida o muerte, literalmente y si no quieres que te jale los pies cuando esté muerta...



¿No se suponía que era un viaje tranquilo de mejores amigas? ¿Como terminamos en un risco?

Guayabas en acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora