Guayaba 11.

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Nane antes de su problema.

Abro los ojos y hago un chequeo mental de lo que siento en estos momentos, no estoy mareada y no me levanté con dolor de cabeza, tampoco me duele el cuerpo ni tengo náuseas.

Me levanto y camino hacia el baño, me lavo el rostro para luego ducharme.

Me estoy vistiendo, cuando me llega un mensaje de Nathan.

*Estoy en la tienda ¿Puedes bajar?*

¿Será que me pedirá disculpas por lo de ayer?

Bajo y después de saludar a Elizabeth, me encuentro con Nathan en el pasillo de cereales.

—¿Ocurre algo?— pregunto.

—Solo quiero sabes... ¿Tienes algo con Dan?

Vaya, ni siquiera pregunta si ya estoy bien.

—¿Y eso a qué viene?

—Ayer estaba muy tarde aquí.

—¿Y cuál es el problema? Me estaba ayudando porque yo ni siquiera podía mantenerme en pie sola.

—Ah cierto ¿Te sientes mejor?

—¿No es eso lo que debías preguntar primero?

De repente, parece saber que hizo algo mal y se lanza a hacer algo pero, me coge las mejillas para besar fuertemente mis labios, trato de separarme pero como él es más fuerte, es un poco difícil.

Le piso el pie tan duro que por fin me suelta.

—¿Qué demonios te pasa?— pregunto— ¿Te di a entender que quiero que me beses?

—Yo... Lamento eso, pensé que podía calmarte.

—Vaya forma de calmar.

—Pensé que nos sentíamos atraídos el uno por el otro— dice él como para defenderse.

—Ah si, pero todo mi gusto por ti se fue al carajo ayer cuando se notó que no te importa si estoy enferma o no, además, seamos sinceros de que solo quieres acostarte conmigo y bajé a hablar contigo para decirte que te alejes de mi.

—Ja ¿Y qué crees que quieren hacer contigo tus "amigos"? Dan y todos ellos solo buscan acostarse contigo porque eres solo una visitante.

—Si quieren hacerlo o no, problema mío no es y ahora, vete de la tienda de mi tía.

—Eres un chiste— dice y se va.

Maldito imbecil ¿Cómo pude fijarme en él?

Aunque, no puedo negar que las cosas que me dijo, quiera o no, lograron afectarme un poco.

Dan y los chicos no son así.

Salgo de la tienda sin decirle nada a Elizabeth y camino, está comenzando a llover pero suave.

No me molest el agua porque al final, no soy de azúcar.

Mientras camino bosque adentro, la lluvia se hace cada vez más intensa por lo que me escondo abajo de una gran piedra.

¿Tan accesible me veo? ¿Acaso soy el tipo de chica que nadie quiere para casarse?

Mi ex nunca me tomó en serio y las otras fallas amorosas que he tenido tampoco, Nathan es otro más del montón y la verdad no quiero creer que mis amigos también sean así.

Mis lagrimas salen a montones.

Necesito hablar con Fefa.

Cojo mi teléfono y la llamo.

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