Guayaba 12.

30 5 0
                                    

Con manos temblorosas, limpio mi boca.

Que asco.

Odio vomitar y admito que estos mareos cada vez se hacen más constantes, eso me asusta.

Unos segundos después, siento las manos de Dan en mi espalda.

Volteo, me esfuerzo para verlo bien y no borroso, su expresión es de nervios o miedo, no sabría describirla, pero así mojado de lluvia... Se ve aún más guapo.

No puedo contener las ganas de llorar, me tiro a sus brazos y él me abraza con fuerza.

—Todo estará bien, tranquila— dice tratando de calmarme— tenemos que irnos, estás helada y no dejará de llover.

No sé cómo lo hace pero me pone a horcajadas sobre él, me mareo pero trato de calmarme cerrando los ojos y luego siento que pasa la cuerda por mi cintura, veo borroso lo que hace, aún así, logro distinguir que se amarra la cuerda también.

—¿Lista?— pregunta y yo asiento— agarrate fuerte por favor, tengo que escalar contigo encima como si fuera un canguro o algo por el estilo.

Él se levanta.

Cuando comienza el viaje para subir, siento lástima por Dan que tiene que cargar con el peso de mi cuerpo.

Cuando llegamos a la parte de arriba, por momentos, siento que me quedo dormida.

Pero me concentro en la voz de Dan, Liam, Laura y los demás para tratar de no cerrar los ojos completamente.

Dan me carga como si fuera una bebé mientras los chicos nos quitan las cuerdas súper rápido.

Me sube al auto, sigo encima de él y me cubre con una manta, observo su expresión cuando trata de mantenerme despierta, está muy nervioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sube al auto, sigo encima de él y me cubre con una manta, observo su expresión cuando trata de mantenerme despierta, está muy nervioso.

—Llamen a alguno de los chicos y díganles que preparen una bañera con agua tibia— habla con voz entrecortada ¿Quiere... Llorar?

—Dan...

—¿Qué sucede mi cielo? Vas a estar bien, en un momento llegaremos.

¿Acaba de decirme "mi cielo"?

El corazón se me acelera más de lo que quisiera admitir.

Escucho a Noah hablar por teléfono, diciendo lo que Dan pidió.

—Gracias— digo, pero soy consciente de que mi voz se escucha realmente débil.

—Todo estará bien, solo necesitas descansar— responde acariciando mi rostro.

Después de eso, tan solo... Veo todo negro y sin poder evitarlo, me desmayo.

***

Escucho la voz de Fefa, de Elizabeth y los chicos.

¿Estoy soñando? No creo...

No puedo abrir los ojos, mi cuerpo no responde al querer decir o hacer algo.

Guayabas en acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora