👻 Capítulo 36. 👻

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Cuando el aura de un fantasma es:

Rojo: Se han Suicidado.

Amarilla: Fueron Asesinados.

Celeste: Tienen un Pendiente.

Cuando quien puede ver fantasmas está muy cansado, ellos pueden usurpar su cuerpo.

Cuando, la persona que puede ver fantasmas quiere, puede tocarlos.

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Quizás, solo quizás la verdad es que ninguno sabía lo que estaba sucediendo con el otro.

Tu estúpido cerebro te mandaba órdenes absurdas.

No poner música fuerte para no despertar al pelinegro.

Hacer más ejercicios de estiramiento, evitar saltos, pisadas fuertes, gritos, y demás idioteces por parte de tus alumnos.

Como si fuera poco, tus ojos solo lo miraban a él, y todas esas estúpidas ideas eran solo porque Hyunjin estaba ahí.

Recostado.

Dormido.

¿Y lo peor?

A nadie le parecía absurdo. Dios, por lejos eso era lo peor.

Más de una vez habías apretado los puños y debías llamar la atención de tus alumnos porque se le quedaban mirando; ni hablar de los constantes murmullos que le nombraban como si realmente fuera de la nobleza, o un idol de talla mundial.

Te molestaba. Pero lo que más te molestaba era esa necesidad primitiva de querer mantenerlo escondido, fuera de cualquier ojo que pudiera ver más de lo que vos habías visto.

Debiste haber prendido los botones de su camisa que el idiota de Seungmin había desprendido.

Nunca dos horas te habían parecido doce, y tus manos picaban con la necesidad de prender los benditos botones, o tirarle una campera encima.

Como si fuera poco estar sufriendo por eso, lo peor era el constante temor de que Seungmin o Hannie se metieran en su cuerpo, sobre todo el primero.

Deberías estar pegado al pelinegro, no deberías darle la oportunidad al fantasma de entrar y hacer alguna idiotez. Pero sabes que sería raro que estés encima suyo, por lo que solo podías presionar tus puños y aguantar, esperando que no pasara lo peor.

Cuando la clase había terminado sin ningún percance sentías que habías envejecido veinte años por el estrés. Te sentías tan agotado mentalmente que habías salido con tus alumnos cerrando con llave por dentro, solo porque necesitabas aire, necesitabas pensar, o tal vez no pensar en nada.

Ya ni siquiera sabias que necesitabas.

- La bella durmiente le hizo honor a su nombre - dijo de manera burlona una de tus alumnas, la otra riéndose y asintiendo con la cabeza.

No debería haberte molestado tanto un simple comentario.


*


Cuando entraste de vuelta al salón escuchaste al pelinegro preguntar '¿que hice para merecer esto? ¿Por qué me odian?' y se veía destruido.

Quizás, solo Quizás - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora