【LA AYUDA DE UN -MEDIO- HERMANO MAYOR】

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Su pierna tamborilea a un ritmo que haría sospechar a cualquiera de que algo le inquieta. Intenta que no sea tan notorio, por lo menos un poco, pero a cada segundo que pasa su inquietud crece más y más.

Inhala profundo, exhala igual.

Debe relajar su mente, pensar en otras cosas. La cosa es que no puede. Tiene un único pensamiento carcomiendo su ser que no lo dejará hasta que lo saque. Una espina que se ha instalado desde hace un tiempo. Un huésped invasivo que hace mil cosas para no irse.

Al principio no lo pensó a profundidad, un fugaz pensamiento que cruzaba su mente como una centella. Luego se fue afianzando, provocando que, en algunos momentos del día, aquel nombre y voz llegara a su mente, escribiéndolo en su computador, tentándolo a dejar su trabajo por unos momentos y realizar aquella acción que, en esos momentos, le mataba por realizar.

Inhala profundo, exhala profundo.

No debería de ser tan imprudente. El tiempo de las personas no era algo que tomarse a la ligera. Incluso por su arrebato.

Se deja escurrir hasta que su cuerpo termina completamente acostado en la cama, en la oscuridad de su habitación nadie lo juzgaba ni preguntaba su situación. El porqué de su extraño actuar. El porqué de sus largos suspiros. El porqué de su dilema mental.

Apenas llegar se había refugiado allí, en sus pies aún resguardados por sus zapatos al no querer perder tiempo o que Tenko notara su situación. Está solo, sus pensamientos un lío, su corazón una encrucijada, su lógica y racionamiento amonestando el cómo se siente.

Un suspiro sale de sus labios, tal vez esos dos tenían razón, era sumamente ilógico lo que estaba sintiendo, el huracán de emociones que sentía. Su interior era una pelea intensa, una batalla a muerte entre los sentimientos y la conciencia.

Una decía que estaba bien, que lo hiciera.

La otra decía que no era correcta, que se callara y no hiciera una estupidez.

¿Y él? Sólo se recostaba entre las almohadas.

— ¿Qué me has estado haciendo, Bakugou Katsuki?

En un solo suspiro, en aquella guerra campal que se libraba en su interior, el ganador se alzaba con la victoria, clavando la bandera que clamaba su triunfo, mientras que debajo de él, los cuerpos de sus enemigos se amontonaban en una montaña.


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𝒜 𝓉𝓇𝒶𝓋é𝓈 𝒹𝑒 𝓉𝓊𝓈 𝑜𝒿𝑜𝓈 [Hiatus hasta que salve el semestre]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora