𝒜 𝓉𝓇𝒶𝓋é𝓈 𝒹𝑒 𝓉𝓊𝓈 𝑜𝒿𝑜𝓈 [Hiatus hasta que salve el semestre]

【LA ROPA BLANCA NO SE JUNTA CON LA NEGRA NI CON LA DE COLOR】

Espero que este capítulo, de verdad, de verdad, les conmueva tanto como a mí de hacerlo.

En el capítulo 2 @LimaaLii comentó que cómo se sentiría Izuku con el tema de no poder hacer mucho debido a su condición, espero que esta sea una respuesta apta, sino, quedé como estúpida.

Pero bueno, como siempre, ustedes son los jueces en esto

Sábado, glorioso y bello sábado.

El sábado significaban dos cosas en la vida de Bakugo: 1) Que no tendría que abrir el negocio hasta el lunes por la mañana y 2) Los idiotas no lo molestarían –o bueno, es lo que esperaba, con ellos nunca se sabía- por la misma razón. Así que podía estar de flojo hasta que le diese la gana y no preocuparse por cómo estuviera su departamento.

Un gruñido de su estómago le dice que es tiempo de levantarse, y con gusto le hace caso. Desde hace un tiempo ha tenido ganas de hacerse una buena tortilla con pan tostado y un café bien negro.

Un suspiro sale de sus labios, ah, como amaba los sábados.

El sonido de su teléfono lo hace poner pausa a la serie de Netflix que estaba viendo en esos momentos.

Un gruñido sale de su garganta, mierda, era sábado, en la página del negocia decía en letras mayúsculas –a petición de Katsuki, pues no quería que la gente estuviera jodiéndole con ello- que los fines de semana no trabajaban. Pero lo toma, quién sabe, tal vez y fuese una emergencia con algún cliente o sus padres queriéndole joder la paciencia –si fuera su viejo, no se molestaría tanto, pero con la bruja de su madre estaba preparando unos cuantos insultos-, aunque si fuese alguno de los tarados de sus colegas, con gusto los mandaría, con pase de primera, a la mierda.

Vaya que todos sus escenarios murieron al ver, bien clarito en la pantalla, una notificación de "Yours Eyes", un jodido deja vú le llegó a la mente cuando leyó el nombre. <<Midoriya Izuku solicita tu ayuda>>, vaya que el mundo daba vueltas inesperadas.

Descuelga la llamada y la pantalla toma sus minutos en negro hasta conectarla, sentándose en su puesto, la televisión pasando a segundo plano. Finalmente la llamada es recibida y el rostro junto con los ojos lechosos de Midoriya Izuku se ve a través de la pantalla. Katsuki puede observar que, al parecer, están en otra habitación, un poco más ventilada que la cocina de la última vez, y esta contaba con un azul celeste casi opaco.