Año nuevo, curso nuevo.
La escuela Magic Island abre una vez más sus puertas a los nuevos jóvenes con dones excepcionales.
•Esta historia ya está comenzada en nuestro canal de Youtube
•Capitulos largos
•Historia 100% mía
•No se permiten adaptaciones...
La joven de cabello ceniza llevaba toda la mañana inmersa en su lectura, le encantaba pasar sus ratos libres envueltas en páginas y páginas de historias que nunca ella podría experimentar.
Donde la protagonista se veía envuelta en un tormento de aventuras o en medio de un romance, algo muy lejano a la realidad de Ayla.
La existencia de Magic Island dejaba a muchas con dudas; no podían creer que en haya un lugar dueño de diversa magia y criaturas mitológicas que podría aparecer en cualquier historia de una biblioteca antigua. Mucho menos se podía pensar en la idea de vivir en Magic island, eso era algo disparatado...
La joven de mechones plateados llevaba gran parte de su vida en este lugar, para ser exacto en la escuela Magic island. Se trataba de un gran edificio de aspecto medieval rodeado por un frondoso bosque junto a un enorme lago.
Ayla tenía terminantemente prohibido adentrarse en el bosque que rodeaba toda la escuela de Magic Island, por lo que su vida se trataba de una mera rutina.
Despertarse, desayunar, ir a clases, comer, volver a clases... Un total martirio.
Ayla quería que su vida tuviese un giro drástico que la hiciese más interesante.
En sus libros las aventuras del protagonista siempre comenzaban con un acontecimiento o con una aparición de una persona que daba la vuelta a todo su mundo....
— ¡¡Ayla!! — entro en la habitación una rubia de ojos grandes y expresivos con una sonrisa - No es momento de leer, debemos ir ahora a la entrada.
— Yuna, hoy no tenemos clase y quiero terminarme el cuarto libro de Harry Potter, así que por favor vuelve a salir de la habitación y no molestes — respondió Ayla volviendo a retomar su lectura ignorando por completo a la rubia.
La rubia se le dibujo una mueca que dejaba a la luz lo ofendida que se sentía, se suponía que era su mejor amiga y la echaba de su cuarto... ¡El que comparten ambas!
— A veces puedes llegar a ser cruel — dijo Yuna comenzando a caminar hasta la peligris hasta arrebatarle el libro de las manos — Luego lees si quieres, ahora levanta de la cama.
— ¿Por qué tanta insistencia? Que yo recuerde hoy no sucede nada fuera de lo normal.
— Hoy llegan nuevos alumnos — soltó Yuna como si algo genial fuera a suceder.
— Pues como decía, nada fuera de lo normal — contesto Ayla con simpleza volviendo a agarrar su libro — Estamos a principios de curso, unos se van y otros llegan, ley de vida estudiantil.
— ¿Puedes al menos fingir estar emocionada y acompañarme como una buena mejor amiga? —hablo Yuna irónica mirando a la chica.
— Está bien, pero... — Ayla se le dibujo una pequeña sonrisa en el rostro — la próxima vez que vayas a la ciudad me traes el quinto libro de la saga.
La rubia soltó una carcajada y rodeo con su brazo a la contraria ganando una pequeña mueca de Ayla.
— Sabes que estaré encantada de traerte todos los libros de la ciudad, mis padres te adoran — le guiño un ojo a la mayor.
Tras decir aquello ambas se dirigieron a donde llegaría el tren con los nuevos alumnos de la escuela.
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