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La habitación era llenada únicamente por la voz de la joven tratando de que su amiga le hablase

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La habitación era llenada únicamente por la voz de la joven tratando de que su amiga le hablase. Acomodándose sobre su cama, Yuna ignoraba cada palabra lanzada por su compañera, sin molestarse en dedicarle tan solo una mirada; esto hacia que Ayla también se molestase.

— ¿Qué fue lo que hice mal? —preguntó irritada Ayla con una mueca en el rostro. 

La respuesta que recibió fue que su amiga le diese la espalda dispuesta a dormir. Sintiéndose aun molesta, Ayla imitó a la rubia y se echó en la cama. "Quizás mañana este más receptiva"

***

El fuego de la chimenea ayudaba a volver su humilde hogar más cálido en aquella fría noche. El sonido de la lluvia cayendo en el exterior, interrumpía su paz y la de su gran amigo Teddy, su oso de peluche. La niña jugaba sola en la sala mientras su madre leía sentada sobre el sofá. 

Su paz fue interrumpida cuando dos fuertes golpes resonaron en la casa; alguien había llamado a la puerta.

— Quédate aquí —le dijo su madre dejando un libro al lado para levantarse.

A pesar de ser pequeña notaba como la mujer estaba nerviosa y temerosa por saber quien llegó a su hogar. No acostumbraban a tener visitas. Así que la pequeña Ayla, no hizo caso a la orden de su madre y se levantó junto a su osito de peluche para seguir a su madre. Desde la puerta de la sala, la niña se asomaba ligeramente para observar como su madre dudaba en si debía abrir o no.

Tomando todo el valor que poseía, la mujer giro el pomo y tiró de ella. De inmediato, se llevó su mano a la boca para callar su grito de sorpresa.

— ¿Yoonseok? —preguntó sorprendida de hallarse con aquel hombre de avanzada edad, empapado por la tormentosa lluvia.

— Me alegra verte —contestó el hombre con una pequeña sonrisa.

— No te quedes ahí, pasa antes de que te enfermes —le apresuró la mujer a pasar, lo que agradeció el hombre.

— Cariño, ¿oíste si llamaron a .... —su padre se calló al dar con el hombre — ¿Yoonseok? ¡Cuánto tiempo sin verte!

No se pensó dos veces para rodear al hombre un abrazo, la niña observaba curiosa intentando descifrar quien era ese hombre y por que sus padres lo recibían con abrazos.

— Después de este agradable reencuentro, me gustaría que el motivo de mi visita fuese diferente —habló el hombre con una mueca lastimera.

— ¿Qué sucedió, Youngseok? —preguntó su madre con preocupación.

— Me han encontrado y no dispongo de mucho tiempo — contestó el hombre — Conseguí perderlos por el momento.

MAGIC ISLAND (TXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora