Sus labios se unían en un profundo beso lleno de deseó y ahogando un gemido al sentir el cuerpo caliente del contrario, sus corazones latian al mismo ritmo acelerado y sus manos acariciaban sus pieles buscando por más.Subieron con cuidado de no separarse a la habitación, el alfa cerro la puerta tras su espalda, pero sin despegar su mano de la cintura del omega.
Gemidos llenos de placer inundaron la habitación, la caliente lengua del alfa ponía la piel de gallina del cuello del más bajo, aquel olor a frutos lo volvía loco y sentía su lobo excitar se.
Necesitaba más.
Dejó caer el cuerpo del omega sobre la cama, se subió encima quedando entre sus piernas y probando de nuevo aquellos labios rojizos, solo un beso les hacía volver locos.
—Omega -dijo el alfa de cabello negro en un suspiro.
El omega soltó un gemido, la voz gruesa del alfa despertaba sus instintos de reproducción más sucios, lo deseaba y cada segundo su deseo era más caliente.
Rodeó aquel ancho cuello con los brazos besando lo de nuevo con desesperación , el pelinegro fue poco a poco quitando las prendas del omega, torturando lo así y dejando que se excitara más.
Suspiro cuando aquellas manos frías tocaron su piel, dejando huella en cada rincón y sobre todo dejando besos húmedos por todo su cuello.
Bajo su mano hasta la entrada húmeda del más bajo, mojó sus manos con aquel exquisito líquido y teniendo malicia empezó a jugar con el pequeño agujero.
—Alfa -llamaba entre quejidos y gemidos.
Sonrió al escuchar el llamado de su omega y se inclinó hacia aquella entrada.
Aquello era el paraíso.
El omega no podía contener sus gemidos, las manos del alfa jugaban con su entrepierna y pezones, mientras su larga lengua se introducía como una serpiente en su interior.
Con gusto saborear aquel lubricante natural , sabía a melocotones dulces y cada vez era más adicto a su sabor, no podía parar de meter su lengua.
Sentía que su orgasmo llegaría, sus pulmones explotaría al igual que su corazón y su cuerpo estaba demasiado caliente, sentía que se iba a derretir.
—A-Alfa... -la voz del Omega lo hizo despertar.
Saco con cuidado su lengua y se quedó de rodillas sobre la cama observando lo que había causado. Aquel hermoso Omega de cabellos rubios sonrojado, con el brillo de la lujuria en sus ojos y suspiraba por el placer que le estaba otorgando.
—Alfa, te quiero Alfa... -dijo entre suspiros.
Llevo su mano hasta su entrada empezando a jugar con ella, sin vergüenza alguna se estaba penetrando él mismo con sus dedos y su otra mano su miembro.
Él alfa no perdía ningún detalle, sus pantalones estaban estorbando y antes de pestañear se encontraba completamente desnudo besando ferozmente al pequeño omega.
Lo sujeto de las muñecas sin ejercer mucha fuerza, interrumpiendo su pequeño juego y se fundieron en uno solo.
Mientras los demás estaban abajo celebrando una fiesta de trabajo, hablando y conversando entre ellos creando así relaciones formales.
En la parte de arriba había un mar de gemidos y embestidas rudas pero certeras.
Le dolía la espalda por las uñas del Omega clavadas en su piel pero en cierto punto le excitaba, mientras lo embestida con fuerza besaba sus labios con mucha pasión.
Después de muchas rondas de sexo caliente y caricias con besos incluidos, se miraron a los ojos antes de caer rendidos, habían sentido los mejores orgasmos de su vida.
—Park...Ji-Jimin -susurro el Omega entre suspiros.
El alfa lo miro en silencio por unos segundos pero después sonrió.
—Jeon Jungkook.
Sin decir más se unieron de nuevo en un beso , el cual duro mucho ya que pensaron que sería su última vez juntos
¿O no?
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Un Alfa Extraño [Kookmin]
AléatoirePark Jimin, un omega asustado y embarazado. Jeon Jungkook, un alfa sorprendido, casado y sin pensar en tener familia todavía. ¿Qué hará el pequeño Omega?