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No podía dormir. El pensamiento que estaba compartiendo cama con un desconocido, mi mente no dejaba de dar vueltas sobre eso y la verdad me aterraba saber que era cierto.                    Mire por encima de mi hombro y ahí estaba, dormido, abrazando mi cintura, posando sus manos sobre mi vientre abultado. Sentía sus dedos moverse de vez en cuando en circulos, suavemente sobre la tela del pijama. Era una sensación cálida, pero me inquieta...

La noche era demasiado silenciosa. Dentro de poco eso ya no seria así, junto a la cama estaría una  cuna y en su interior un pequeño ser. Un bebe que me uniría a Jungkook para siempre.         
  Siempre. Era una palabra que me dio escalofríos, de mis labios escapo un hilo de suspiro, tape la boca con la mano derecha al sentir que se movía.

¿Por qué ahora sentía miedo? ¿Por qué ahora todo era tan distinto? ¿Qué había cambiado? 

Tal vez me deje llevar por las palabras dulces y detalles del alfa. ¿Y si solo era un engaño? ¿Qué alfa acepta un omega embarazado sin pedir nada?

Levante la cabeza para mirar su cara, estaba tranquilo. Su sueño parecía profundo. No pude evitar no extender mi mano y con mis dedos tocar suavemente la  mejilla de él. Era una piel áspera, llena de cicatrices pequeñas y marcas de golpes. Sus nudillos estaban gastados, rojizos y la piel un poco arrancada.                                 En verdad no sabia nada de él. Jungkook era un hombre sin historia para mi, solo conocía una parte y era insignificante. Había sido el esposo de la hermana de Hoseok, pero nada más. ¿De dónde era? ¿Quién es su familia? ¿Cuál era su historia?

¿Quién era Jeon Jungkook..?

Desperté de mis pensamientos al escucharlo murmurar algo, din decir más, se alejo cambiando su posición, ahora poniéndose mirando a la puerta. Yo me quede suspirando hacia la ventana, con la compañía de las estrellas, solo ellas y yo en la silenciosa noche. Mis manos cayeron sobre mi vientre, tenia una rara sensación en mi pecho. 

Los árboles no me dejaban ver los edificios, ninguna luz de la ciudad, nada de muestra de vida cerca. Estaba solo en aquella mansión, indefenso y sin forma de escapar. Tenía ganas de llorar, el cuento de hadas que había creado se había destruido y sus trozos estaban cortando mi felicidad.

Solo quería llorar. Salir corriendo a los brazos de mi abuela. Necesito a mí abuela...

—¿Estas bien?

Casi veía mi alma escapar de mi cuerpo por ultima vez. Sus ojos oscuros me miraban fijamente en la oscuridad iluminados solo con la luz de las farolas de la calle. Un escalofrió recorrió mi columna vertebral junto a una corriente eléctrica que ataco todos mis nervios, me sentía paralizado. Su mano envolvía por completo las mías y las sujetaba con firmeza. Aunque intentara escapar, no podría.                                                                                                                            En mi interior gritaba de auxilio, sintiendo las ganas de llorar y pedir que me soltara, pero a cambio me quede callado, bajando la cabeza y dejando que me acariciara. Mi garganta estaba sellada con cemento.

—Si... —trate de quitar las lágrimas de mis ojos— solo tuve una pesadilla..

Jungkook pareció examinar mi cara. Su mano izquierda se acercó a mi, sus dedos rodearon mi mento.

—Estas llorando, pasó algo al bebé? —su voz era directa, sin mostrar nada de vida.

¿Siempre fue así? ¿Siempre se había mostrado tan intimidante? ¿Tan... Aterrador?

Yo nege rápidamente con la cabeza, manteniendo mi cabeza agachada. Mi mano seguía sobre mi vientre, con un calambre muscular, mis dedos sujetaron con fuerza la seda de mi pijama.
   Lo escuché suspirar y pasar la mano por su frente, estaba frustrado. Lo notaba. Podía sentir su molestia y eso me daba miedo.

En un movimiento rápido estaba sobre mi. Mi impulso fue querer gritar a todo pulmón por ayuda, pero él solo me estaba abrazando.
  Coloco su cabeza sobre mi hombro derecho, hundiendo su nariz entre mi cuello y clavícula, resoplando su aliento caliente sobre mi piel. Sentí un extraño cosquilleo en mi estómago. Sus brazos rodearon mi cintura, teniendo cuidado con mi gran vientre.

—Estoy contigo, no debes de temer. —dijo con los ojos cerrados, listo para dormir.— Ahora estás conmigo, nada te pasará. Nadie toca lo que es mío.

Una vez termino de hablar dejó escapar su aroma, con la idea de tranquilizar el ambiente. Pero su olor ya no me calmaba. Ahora era un aroma horrible, tenebroso, solo podía llorar en silencio.

Ya no me gustaba su olor...

Un Alfa Extraño [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora