Bautizo ·

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-Tenemos que buscarle un nombre ya- se quejó Nara.

-Ya, ya lo sé, pero no es tan fácil- le explicó la artista -¿hay algún nombre que te guste?

Delante de las dos chicas había una cachorrita, era una pequeña loba de blanco pelaje esponjoso. El animal fue rescatado de los colmillos de su padre y ahora estaba rodeada de una nueva familia. Oscura, su hermana, no podía pasar mucho tiempo con ellos, temas personales, así que las chicas se ocupaban de ella.

-He visto a algunos humanos- empezó a explicar la cachorra -y todos ellos gritaban al verme. No sé por qué, no los entiendo, pero me gusta cuando lo hacen, me gusta ver sus caras deformadas por el terror.

-¡¿A que sí!?- exclamó Nara mientras sus ojos se iluminaban.

-Bueno, bueno, ¿y qué es lo que gritan los otros humanos?- retomó la artista.

-Cosas como...''¡Clemencia, clemencia!, por favor!''

Las tres se quedaron calladas, pensando en las últimas palabras que dijo. Así fue hasta que, de nuevo, Nara interrumpió el silencio.

-Clemencia...Clemencia...¡Clemencia! ¡Ese será tu nombre! ¡¡Clemencia!!

Tanto les gusto a las tres que bautizaron a la joven loba como Clemencia.

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