Amor prohibido ·

2 1 0
                                    

Por lo general, los demonios no conviven con los humanos, suelen odiarse entre ellos, pero, muy de vez en cuando, aparece algún que otro caso que rompe esta norma no escrita:

Ella se sentía sola, tenía amigos y familiares, pero ninguno de ellos era suficiente como para complacer su mente retorcida, era una persona un tanto particular. Él era un demonio de alto rango, temido por todos, o casi todos.

Estos dos se conocieron en medio de un bosque, a la luz de las estrellas de la noche.

La artista estaba dibujando el paisaje que le ofrecía la naturaleza cuando, de repente, unas sombras empezaron a envolver los árboles de aquella zona. Ella no estaba asustada, su rostro apenas cambió de expresión.

Él era un sádico, le encantaba ver a sus víctimas aterradas, es por eso que se decepcionó al ver a esa jovencita tan tranquila, sin soltar el lápiz de su mano. trató de hacer mil brujerías para asustarla, pero fue en vano.

Finalmente, tras un largo rato, aquel demonio se presentó ante aquella muchacha.

La artista estaba fascinada, en cuanto vio a aquel demonio se enamoró a primera vista; era una criatura alta y esbelta, casi sin masa muscular, vestía con un traje muy elegante, su cabello liso y de rojo brillante combinaban con sus dos ojos como soles. Tenía una expresión tranquila, una enorme sonrisa acompañada de ojos rasgados lo hacían ver mucho más elegante y culto.

-¿Buscas algo?- preguntó la chica con voz firme, sin temer a la sonrisa colmilluda del desconocido.

-Busco tu temor por mi, pequeña- respondió él con la misma tonalidad.

-Pues sigue buscando entonces- le contestó ella de forma amenazadora -¿Cuál es tu nombre?

-¿Te interesa?

-Absolutamente sí.

El desconocido lanzó un suspiro al aire, sabía que esta chica no era como cualquier otra persona. No trataba de hacerse la valiente, realmente ella estaba disfrutando de esto, y él también empezaba a hacerlo.

-Jezt, ¿puedo saber el tuyo?

-Ya lo descubrirás- la joven se levantó de aquella roca musgosa, cerró su cuaderno de dibujos e inició el camino que la llevaría de vuelta a la ciudad.

Sabía perfectamente que aquel demonio la perseguía, era su intención.

ʚ Anécdotas de la vida ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora