Capítulo 16

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CAPÍTULO 16:

--Chau chicas-sonreí y me despedí de ellas, una por una.

--¡Mantennos al tanto con lo de Top!-dijo Caro.

--No lo digan muy fuerte-susurré avergonzada.

--Perdón-rió.

--Suerte Ari-sonrió Sara.

--Cuídate-finalizó Ana.

--Igual ustedes-dije y me fui hacia mi padre junto a una sonrisa.

Crucé la calle con cuidado y sentí mi celular vibrar dentro de mi bolsillo. Era mi Hyunie, lo sabía ya que era el único del que esperaba un mensaje. Sonreí mientras esperaba que el semáforo cambiara de rojo a verde y tomé mi celular para ver su texto.

"¿¿¿TE GUSTA MUCHO BAILAR???"

Reí mucho al leer su mensaje e imaginar como sería su expresión después de leer que "me encanta bailar" tal y como mentí en mi último mensaje... Lo hice jugando.

"Jajajajajajaja. Es una broma... ¡Odio bailar! Te quiero muchooooooooo"

Envié el mensaje y seguí riendo. El semáforo cambió de color y emprendí mi corto rumbo.

--¡Ariana!-exclamó mi padre al verme con una sonrisa ingresar a su camioneta.

--Hola papá-dije tranquila.

--Mi amor, quiero hacer de todo para recompensarte. Te compraré lo que tú desees y te daré lo que tú desees-espetó nervioso y estiró sus brazos para abrazarme.

--¿Hoy no tuviste pacientes?-pregunté mientras lo abrazaba.

--Claro que sí, pero esta es mi hora de almuerzo y hay alguien que me esta suplantando. Tú eres más importante que cualquier cosa, hijita.

--Bueno papi, como te dije, deseo almorzar contigo y me alegro que estés solo... Pero también hay algo que desearía pedirte.

--¿Qué es? ¡Dime! Hago lo que sea.

--Ayúdame a hacer el trámite de solicitud para obtener una licencia de conducir-solté.

--¿Quieres tener licencia?-preguntó extrañado.

--Si-asentí algo tímida.

--Pero hijita, cada vez que quieres ir a donde sea, tu madre y yo nos turnamos para llevarte.

--Sí, pero ya me cansé de incomodarlos. Tú sabes que sé manejar, solo me falta tener el permiso legal para hacerlo cuando desee.

--¡Y no me digas que querrás un auto nuevo!-exclamó.

--Camioneta-bromeé- Una Audi Q7 negra, por favor.

--¡Pero y tú desde cuando sabes sobre autos!-rió.

--Desde que quiero la licencia-reí- Es broma. Solo deseo el permiso legal y ya sabes que puedo usar la camioneta de mamá más ahora que no va a usarla porque está embarazada y Álvaro la lleva a todos lados...

--Oh cierto...-dijo incómodo- Tienes razón. Bueno Ari, entonces, ¿vamos a comer primero y luego a ver lo de tu licencia?

--Te lo agradecería infinitamente, papá.

--¿Qué deseas comer, princesa?

--Una lasagna me caería genial-sonreí. Es cierto que amo la lasagna y puedo comerla en grandes cantidades, aunque ninguna se iguale a la de mi madre. Es lasagna si es para morir de felicidad.

--Eso será entonces-finalizó mi padre mientras encendía el motor y arrancaba.

En el camino hablamos sobre mil y un cosas, y al llegar al restaurante la pasamos genial mientras almorzábamos juntos y solos.

Por Un TravesuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora