Kim Dahyun

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1.61, piel pálida, sonrisa encantadora, cuerpo esbelto, y una increíble inteligencia.

Dahyun nació y creció en Corea del sur, fue criada en un orfanato católico a las afueras de la ciudad.

En aquel lugar, la educación se limitaba a la religión y sus ambiguas ideas, y a cosas basicas sobre matemáticas, e incluso casualmente literatura.

Pero Kim Dahyun no era como el resto de las niñas que vivían en el orfanato. Ella tenía sueños y ambiciones distintos a convertirse en una monja, pues al final en ese lugar era lo que te buscaban encaminar a hacer.

Dahyun estuvo interesada en conocer más sobre la ciencia y biología desde que descubrió un libro de experimentos escondido entre los libros religiosos ilustrados en la biblioteca. Aquel libro ilustrado de experimentos químicos, fue como su señal divina para descubrir su vocación.

A ella realmente no le interesaba dios, ni Jesús, ni su muerte en la cruz, y nunca lo diría en voz alta pero para ella los cuentos de la biblia dejaban de tener sentido conforme el tiempo pasaba y ella comenzaba a estudiar más.

La neurobiologia comenzó a ser llamativa para ella desde que leyó un libro acerca de él cerebro y el sistema nervioso.

El no saber de su familia biológica nunca le afecto tanto como a otros niños, pues a diferencia de varios, ella no estaba ahí por que sus padres no la quisieron, sino porque fue la hija de una madre soltera, quien desafortunadamente falleció mientras daba a a luz, y la noticia se expiarcio por el lugar hasta llegar a oídos de las madres en el orfanato, quienes no tardaron mucho en ir a recoger a Dahyun y llevarla con ellas.

Desde que era una niña desarrollo un pensamiento lógico más rápido que el resto, podiendo determinarse a sí misma como la más inteligente de él lugar, cosa que no era mentira.

Las encargadas del orfanato eran las mismas que daban las clases, tuvieran o no el conocimiento necesario sobre matemáticas, literatura u otros temas, ellas simplemente impartían las materias, era su trabajo.

Y la parte que más odiaban de su trabajo; era Dahyun.

A pesar de sólo ser una niña de 10 años, resultaba ser insoportable en clases, pues cuestionar y corregir a sus maestras y compañeras parecía ser su pasatiempo favorito.

"Disculpe, pero se equivoca, Química lleva un acento en la primera i, no en la A."

" ¿Eres tonta? No necesitas ser Einstein para saber multiplicar por 5"

"Maestra, se equivoca, las plantas no sólo generan oxígeno, también convierten el dióxido de carbono en glucosa, es parte de la fotosíntesis."

"Eso es totalmente ridículo, la Unión soviética no se separo en 1890, fue el 25 de diciembre de 1991, el discurso incluso fue televisado."

Para este punto, las lecturas que las maestras dejaban en clase, eran cosas de niños para Dahyun, quien a la edad de 12 años había comenzado a leer la divina comedia a escondidas, y jamás la pudo terminar por ser descubierta leyéndola bajo sus sábanas con una linterna en medio de la noche.

Si Kim Dahyun nunca hubiera escapado de aquel lugar, probablemente ahora estaría dando clases propias de Ciencia o Física en el mismo lugar en donde se crío. Pero no como monja, jamás en su vida como monja.

Esas mujeres, a pesar de tener una apariencia dulce y encantadora en la localidad, eran mujeres bastante malvadas con los niños y niñas del orfanato, pues mientras afuera vendían mermeladas caseras y galletas recién horneadas, en el interior del lugar, mostraban imágenes bastante grotescas de infecciones de transición sexual a los chicos de 12 a 16 años, tratando de dejar claro el mensaje de "No tengan sexo."

Para Kim, como muchas cosas que hacían y enseñaban ahí, eso también era ridículo, pues mostrar las enfermedades y sus consecuencias no era nada malo, pero el enfoque del mensaje, era erróneo.

...

Dentro del salón de clases de salud, se podían escuchar los susurros, y se podían ver claramente las caras de disgusto de todos ahí.

Caundo el proyector se apagó, y las luces se encendieron, la grave voz de una mujer habló después de un corto e incómodo silencio.

— Espero esto haya sido muy claro para todos, ¿Hay alguna duda? — Cuestiono a los jóvenes que se miraban entre ellos perturbados, y una chica pelinegra de entre todos, alzó la mano.— Kim, que sorpresa.

Al escuchar a su maestra decir aquello, lo tomó como una señal para que dijera lo que tenía que decir.

— No deberían de decirnos que no tengamos sexo, deberían enseñarnos como hacrrlo de la manera correcta y siendo responsables. —La mayoría de presentes en la sala, jadeo con sorpresa al unísono por el comentario tan inapropiado de Dahyun.

— Disculpa mocosa, ¿Quien te crees que eres para decirme a mi lo que debería de hacer? —comenzó a dar pasos lentos y fuertes hacia la banca de la chica, la cual no se inmutaba ante las acciones ajenas. No le importaba.

— Soy alguien que en definitiva es mucho más inteligente que usted en todos los sentidos posibles. —Se levantó de su banca para quedar cara a cara con la maestra, esperando su respuesta, mientras el resto de los alumnos veían aquella escena impactados por la valentía de la pelinegra.

— Largate de mi salón, ahora. —La mujer señaló la puerta mientras veía directamente con evidente ira a Kim.

— Bien, prefiero irme que seguir escuchando estupideces. —Con simpleza y calma, incluso después de decir eso y de saber que tendría problemas, tomo sus cosas y camino tranquilamente hacia la puerta, aunque no sin antes hacer algo que le probablemente la metería en más problemas. — Que viva Lucifer, madre.

Dijo en forma de una evidente burla, y salió lo más rápido que pudo de la habitación aguantando la risa que al momento de cerrar la puerta tras de ella, no pudo aguantar más.

Fue en ese instante en el que se dirigió a su habitación, y sabía claramente lo que tenía que hacer.

Comenzó a empacar sus maletas, para esa noche poder irse.

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serxein

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