Capítulo 19

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El día siguiente llegó y el Sol estaba hermosamente brillante, parecía un buen día con un clima grandioso.

La mayor comenzaba a despertarse, su hijo debía ir a la universidad y no se escuchaba que ya estuviera despierto, porque lo que con cuidado se levantó de la cama para ir a la habitación de su hijo y así despertarlo.

Toco la puerta dos veces de manera suave, pero no hubo respuesta, por lo que supuso que seguía dormido y decidió entrar.

Abrió la puerta despacio y quedo bastante conmovida con la escena frente a ella.

Allí estaba aquel chico pelicastaño, acostado con su hijo mientras tenía una pierna sobre él y sus brazos rodeaban al pelinegro como si no quisiera dejarlo escapar ante nada, su cabeza estaba descansando en el hombro del mayor y dormía tan comodo y pacíficamente, mientras que el pelinegro con uno de sus brazos abrazaba la cintura del contrario.

Aquella imagen le trajo hermosos recuerdos de cuando su hijo menor aún vivía, así solía encontrar a sus dos hijos, ambos abrazados melosamente cuando el más pequeño tenía miedo e iba con su hermano mayor para que lo abrazara durante la noche.

Inconscientemente ligeras lágrimas mojaron sus mejillas mientras sonreía al ver a aquellos chicos así, no quiso despertarlos y pensó que no sería tan malo que ambos faltaran ese día a la escuela, por lo que sólo salió de la habitación para dejarlos dormir mientras ella bajo a la cocina.

Lentamente el pelicastaño comenzó a despertar abriendo poco a poco sus ojos, no se quería levantar pues se sentía bastante cómodo, demasiado para ser más específicos, pero aún así decidió despertar, al abrir sus ojos por completo quiso enterrarse tres metros bajo tierra.

Frente a él tenía a su Gege y se dió cuenta de cómo lo tenía abrazado, cosa que lo hizo sentirse muy avergonzado, trato de alejarse, pero al intentar hacerlo el mayor lo abrazo más fuerte con su brazo para que no se fuera.

Éste aún parecía en el mundo de los sueños, así que no era muy consciente de lo que hacía, no lo quería despertar, pero era algo embarazoso estar en esa posición.

Dejo de hacer esfuerzo y el mayor empezó a despertar también, el pelicastaño entre cerro los ojos temiendo lo que fuera a suceder cuando el contrario viera la situación en la que se encontraban.

Cuando Yibo abrió por completo sus ojos vió a ese pelicastaño muy pegado a él, luego sintió que su pierna estaba sobre él y abrió los ojos estando muy sorprendido, por lo que prácticamente saltó de la cama.

- tú...que... - estaba en shock.

Se quedó observando al menor el cual ya se había sentado en la cama y parecía avergonzado.

Lo analizo con más cautela, tenía el cabello desordenado, las mejillas levemente hinchadas y los labios un poco abultados, parecía un bebé que recién despertaba, se miraba realmente tierno, pero eso era algo que el mayor no admitiría en voz alta.

Luego de un tiempo, entró en sí.

- Qué paso?

- yo...no lo sé, lo siento - se levantó rápido e hizo una reverencia.

- Qué estás haciendo? - se acercó y lo enderezó - no hagas esas cosas, no es para tanto.

- en verdad, no fue mi intención, si te incómodo yo...

- shh, no digas más, está bien, ¿De acuerdo?

- está bien - bajo un poco la cabeza mientras jugaba con sus dedos.

Se ve muy tierno - pensó.

- oh por Dios! - gritó el mayor.

- Qué pasa? - el pelicastaño lo miró confundido.

Mi chico de ojos morados (YIZHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora