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Valle de Bravo

La noche era estrellada y húmeda, un clima un poco raro para estar aquí. Este tipo de noches eran mis favoritas, amaba las noches frías en las que me acostaba frente a ese árbol y observaba fijamente las estrellas. Ahora ya no sé si decir que son mis favoritas, pues mi vida ha cambiado, ha cambiado muchísimo, y tampoco estoy tan seguro si fue para bien o para mal, les mentiría si dijera que fue para uno de esos dos, porque la verdad es que no estoy seguro. Mi hermano y su esposa me dicen que fue para bien, que ahora me ven mucho mejor que hace tiempo, la verdad es que yo no sé qué pensar.

Últimamente no he sabido nada, nada más que tengo que cuidar a dos chiquillos que tengo como sobrinos.

Cesar y Barbara Jiménez. Los hijos de mi hermano y Scarlett.

Ahora mismo me encuentro acostado en mi cama mirando hacia la nada, pero dentro de diez minutos estaré siendo tío-niñera, o como ellos me dicen. Tío- padre.

Tío padre

Un apodo que pasó de ser de mis tíos a mí, o a Javier, pero él casi no se encuentra en casa, se mudó a otro lugar junto su nueva esposa, rodillas de acero, odia que le diga así, pero yo amo decirle así, es un apodo de cariño que le puse y que jamás dejaré de decir.

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-Bien, es hora de irnos ¿Estás seguro de que puedes con ellos? - me dijo Scarlett con su tono de voz tranquilizador pero que muy en lo profundo sonaba amenazador, no era una pregunta nada más, era una advertencia, sus hijos no eran nada tranquilos y ella lo sabía - No quiero que haya problemas, Da.

-Estoy seguro de que puedo lidiar con ellos, Lett. Olvidas que de pequeños los cuidé a ustedes también.

Ella se miró al espejo de la sala verificando que su maquillaje estuviera acomodado o de alguna otra forma tardaría otra hora en arreglarse.

-Éramos adolescentes, y además...era complicado.

-Lo sé, te entiendo, pero el punto es que pueden contar conmigo, soy mejor tío que Javier y Rodillas de acero - dije haciendo una sonrisa divertida y Lett de pronto comenzó a reír.

En un segundo mi hermano salió de su recamara que antes era la de mis tíos. Se estaba acomodando su corbata, pero parecía que tenía problemas a lo que Lett decidió ayudarlo.

-Por favor no los dejes dormir tarde- me advirtió Gabriel.

-No lo haré - mentí por supuesto, era tío, y los tíos estaban para consentir ¿Para qué más?

- Y no los dejes comer golosinas tan tarde - esa segunda advertencia fue de Lett.

-Tienen doce años, ya no son tan pequeños - comenté.

-Para mí aún lo son. Soy madre y no me pueden desquitar.

-Bien - dije haciendo una mueca - pueden estar seguros de que los chiquillos estarán tal y como me los dejaron de regreso.

-Eso espero, Daniel - me dijo mi hermano.

- ¡Claro! Puedes irte tranquilo hermanito - lo miré con una sonrisa de oreja a oreja y le mandé un guiñó.

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Ya los chiquillos estaban en sus habitaciones, ambos con pijamas azules de pájaros del mismo color y con las pantuflas moradas y decoraciones blancas. Barbara, la menor, llevaba su cabello rizado y de un modo café oscuro amarrado en un moño. En cambio, Cesar solo llevaba peinado para atrás su suave y brillos cabello rubio.

- A dormir, peques - dije mientras que con las dos manos descendía sus camas para alistarlas.

-Tío Da, ¿No nos vas a contar una de tus historias? - me dijo Barbara mientras que a gatas subía a su cama.

-Ya es tarde y sus papás me dijeron que los acostara temprano - hice una mueca y al observar a Barbara pude notar como hacía puchero- lo único que puedo hacer es darle una paleta de cereza antes de dormir, y eso en secreto.

-Tengo una idea mejor - dijo Cesar dejando sus pantuflas de lado de la cama para después acostarse - nos comemos las paletas mientras nos cuentas una de tus historias.

-Me gusta esa idea - Barbara sonrió de oreja a oreja - por favor, Tío, ¿Sí?

Dudé por un momento, pero finalmente accedí. Javier era el tío estricto y respetuoso, yo en cambio tenía que ser protector y divertido, tengo que ser el mejor tío.

-Está bien - me mis brazos cruzados se fueron para encaminarse a la cocina y de una bolsa pequeña de plástico diseñada con corazones agarré dos paletas para después volverme a la habitación.

- ¿Que quieren escuchar, chiquillos? - les di las paletas y después me senté a la orilla de la cama de Barbara para acariciarle un poco el pelo y después recomendarla en su sitio - ¿dragones? ¿leones? ¿supervivencia? ¿Qué quieren escuchar?

-La historia de cuando eras pequeño - comentó Barbara mirándome fijamente.

Me quedé sorprendido por su respuesta.

-Mi papá dice que algo muy raro pero interesante te ocurrió y que no se lo has dicho a nadie.

A nadie. Exacto.

Le comenté un poco a Lett, pero nada importante a lo que pasó.

-Chiquillos, no lo tomen a mal, pero es difícil de contar esa historia, muy difícil, por eso no se lo comenté a nadie.

-Tal vez porque ellos no comprendan, pero nosotros sí, somos maduros.

- ¿Maduros? - sonreí divertido - ¿En qué sentido?

-Bueno, en que ya nuestra generación es diferente - dijo Barbara entre risas -¿tú que generación eres, tío?

-Mmm, no lo sé, ¿Z?

Los dos se miraron fijamente y procedieron a reír a carcajadas.

- ¿Se puede saber que es tan divertido? - fruncí el ceño.

-Eres muy viejo, Tío Da.

-Perdónenme, creadores de la nueva tecnología avanzada - me hice el ofendido.

-Te perdonamos, Tío - Cesar se tapó y agarró su rana de peluche para rodearla con sus brazo - pero cuéntanos la historia, por favor.

-Si, Tío, por favor - suplicó la rizada - Por algo eres nuestro tío favorito.

-Me gusta oír eso - enarqué una ceja - dilo de nuevo.

-Eres nuestro tío favorito - me sacudí los hombros en forma de victoria - pero dejarás de serlo si no nos cuentas la historia.

Mi cara cambió de victorioso a serio con la boca medio abierta.

-Eso se llama chantaje, niña.

-Tal vez - rio- pero cuéntanoslo.

Si ellos supieran lo difícil que sería para mi contarlo tal vez me entenderían, pero son solo niños al igual que era mi Jessica.

En algún momento lo tendrás que decir.

Esa voz resopló en mi cabeza. Aunque me costara trabajo era verdad, mi madre me había dicho que dijera lo que me doliera.

-Bien..., pero les advierto que no es muy feliz.

Dos vidas un alma #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora