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2000

- ¿A dónde vamos? - pregunté mientras seguía a Jessica que me tomaba de la mano mientras caminaba.

- No desesperes ya casi llegamos.

Así pasamos caminando como por 15 minutos hasta que llegamos a un gran callejón que conectaba a un bosque oscuro y un poco terrorífico a mi parecer.

- ¿Qué es este lugar? - me solté del agarre de Jessica y empecé a caminar alrededor mientras a su vez también observaba todo a detalle. El callejón estaba obscuro y sus paredes eran de un ladrillo color rojizo intenso -tirándole a vino- en las esquinas de estas había pequeños puñados de pasto y una que otra flor sumamente pequeña de color.

-Es el lugar al que antes venía.

- ¿Antes?

Jessica asintió y se empezó acercar a mi para después darme un abrazo que sentí sumamente cálido en el interior.

-Mucho antes de conocerte - sus palabras las sentí rozando mi cuello cerca de la nuca.

-Tampoco es como si lleváramos mucho tiempo juntos- le recibí el abrazo.

Ella rápidamente se apartó y sus delicadas, suaves y blancas manos se posaron en mis mejillas y dijo:

-Los pocos años que llevamos juntos han sido suficientes para que una gran parte de mi corazón te pertenezca. Solamente tu eres dueño de él.

No sé porque eso me erizo la piel y en mi estómago sentí un alboroto ¿Qué será este sentimiento? ¿A caso será lo que mamá y papá sienten?

-No quiero ser dueño de él - ella me miró con extrañeza, casi pude sentir su desilusión al escuchar mis palabras- no soy quién para merecerlo, pero te prometo que lo protegeré con toda mi alma- su sonrisa volvió a ser la misma. Su hermosa sonrisa volvió a iluminar mi alma.

**

Íbamos de camino de regreso a casa, ya estaba anocheciendo y no me confiaba de los demás, así que la acompañé a su casa para asegurarme de que llegara con bien, no me perdonaría si algo le pasara.

Al llegar a su casa, antes de entrar, escuchamos los gritos de sus padres, ellos parecían discutir fuertemente-otra vez- y eso a Jessica la estaba aterrorizando y volteo a verme preocupada.

-Jessica, yo...

- ¡No!- me interrumpió al instante. De su cara una lagrima resbalaba- hazme un favor y no te metas en esto.

-No puedo permitirlo- jamás me había escuchado tan desesperado- no si ellos te tratan mal.

-Promételo - me tomo de lado manos y su roce en las mías me hizo sentir vulnerable- promete que no te meterás en esto y que continuaremos como si nada hubiera pasado.

No podía, de verdad no podía ¿Cómo continuar tu vida como si nada sí la persona que más amas en este mundo está sufriendo?

Sabía que no tenía opción, de alguna u otra forma ella siempre terminaba ganándome.

-Lo prometo.

Nuestras fuentes se unieron al igual que nuestras lágrimas y corazones, pero ninguno de los dos estaba consciente de eso.

Dos vidas un alma #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora