Arreglo por la fuerza JULIANTINA(JULIANA GP)

Capitulo # 18

{Juliana}

Sonreí cuando vi la expresión cansada de Valentina, a propósito tomé el camino más largo solo para poder escucharla quejarse, pero la mujer testaruda se guardó sus problemas para sí misma. La escuché suspirar y decidí que ya era suficiente tortura para ella, abrí la puerta de mi habitación favorita y le pedí que caminara frente a mí.

No quería que ella caminara detrás de mí y perdiera de nuevo la vista de sus caderas balanceándose. Ella puso los ojos en blanco, pero accedió a caminar frente a mí. Afortunadamente, no estábamos discutiendo tanto como antes y con suerte ella no me odiaría tanto.

¡Quien le mientes a Juliana, te llama culo!

bueno, al menos ella me llamó algo más que el Sra. Valdes Odiaba que me llamara así. Me hizo sentir como una anciana y ansiaba escucharla decir mi nombre Juliana. En ese momento, un pensamiento perverso entró en mi mente, dejé de caminar detrás de Valentina y observé cómo sus pasos se ralentizaban, pero me quedé mudo.

Me acerqué en silencio a la barandilla y salté en silencio a la planta baja. Cuando bajé, Valentina miraba a su alrededor como un cachorro perdido. Golpeé levemente mi pie contra la barandilla y observé como sus ojos se dilataban y se giraba asustada hacia la otra dirección. Me acerqué a su espalda y aplaudí, las luces inmediatamente llenaron el cuarto oscuro y vi a Valentina mientras cerraba los ojos y gritaba tan fuerte que quería reírme.

Sonreí mientras me acercaba mucho más a ella. Podía sentir que su miedo se convertía en ira y apretaba las palmas de sus manos. De hecho, podía imaginar sus dientes apretando antes de que se volviera tan rápido y me mirara con esos orbes azules suyos que se ensancharon al máximo. Si así es como se veían cuando ella estaba enojada, ¿qué tan hipnóticos se verían cuando estuvieran llenos de placer?

¿Qué diablos?" Su voz enojada retumbó en la habitación, pero me importaba menos su pregunta. Me estaba excitando la forma en que sus mejillas y su nariz se ponían rojas de ira y estaba satisfecha con tener toda su atención en mí. Ella entrecerró los ojos

antes de que ella se acercara a mí,

¿Por qué harías eso Juliana?" Dijo y mi corazón latió aceleradamente y toda mi sangre se movió hacia mi miembro endurecido. La forma en que mi nombre Juliana salió de su lengua me hizo querer grabar su voz y escucharla para siempre.

"Dilo de nuevo" le dije y cubrí la distancia entre nosotros. Cerré mis manos en puños sin querer tocar su suave piel porque sé que en el momento en que la toque, no hay forma de que pueda detenerme.

"¿Dí que otra vez?" Hablaba frustrada y trató de retroceder pero no quería que se alejara de mí. Yo era un bastardo egoísta y de doble ánimo. No quería abrazarla un minuto y al siguiente quería hacerlo. Eso es lo que ella me ha hecho, es tóxica y es mi puto enamoramiento, un deseo que quiero satisfacer hasta los topes.

¡Y definitivamente lo haré!

Rápidamente moví mi mano y la agarré. La compré tan cerca de mí que no tuvo más remedio que mirarme. De esa manera podía ver sus ojos azules perfectamente sin que ella los ocultara.

"¿Qué pasa con usted?" Dijo y una mirada irritada pasó sobre ella.

"¿Di mi nombre otra vez?" Le dije acercando mi cabeza a su rostro. Su respiración se atascó en su garganta y se congeló. Me encantó la reacción

tenía sobre ella, era tan malditamente receptiva y no importaba lo fuerte que intentara actuar, seguía siendo un cordero inocente frente a mí.

La agarré con más fuerza y ​​pude sentir que los latidos de su corazón aumentaban. Sus suaves senos estaban tan cerca de los míos que podía sentir el golpe contra mi pecho y podía sentir las puntas endureciéndose lentamente.

Mierda, mi polla se endureció y se presionó contra su cálido estómago. Ella jadeó cuando lo sintió y solo quería castigar esos labios rojos suyos. Me moví hasta la unión de su cuello y aspiré su aroma. Olía tan adictivo a vainilla y granada mezcladas.

"Valentina", dije su nombre con voz ronca, más cerca de su oído y jugueteando con el lóbulo. Gemí por la forma en que inconscientemente apretó sus manos en mi pecho y sus ojos estaban aturdidos cuando apreté mi agarre sobre ella. Joder, deseaba que usara una camisa. hoy para poder tocar fácilmente esos deliciosos senos suyos.

Disfruté su cálida suavidad en mi cuerpo musculoso por unos momentos antes de dolorosamente decidir dejarla ir cuando vi el momento. Íbamos a llegar tarde a nuestra reserva y no quería que se muriera de hambre. Me acerqué a su oído y hablé.

"Vamos, señorita Carvajal. No queremos que nos haga llegar tarde, ¿verdad?" Qué idiota fui por echarle toda la culpa a ella, pero prefiero tenerla enojada conmigo que tener esos ojos azules llenos de lujuria. Entonces definitivamente, no habrá manera de que ella pueda caminar por

una semana seguida.

Empujó su cuerpo lejos de mí y me mostró el dedo, sus ojos llenos de tanta frustración reprimida.

Sonreí en su dirección, "Muy pronto Valentina" dije y vi su cuerpo estremecerse ante mi promesa.

"Vámonos ahora", dije mientras señalaba los autos frente a nosotros. Observé que su boca se abría cuando vio todos los autos frente a ella. Sus ojos se abrieron cuando miró los BMW, Mercedes y Sorento en frente a ella

¡te gusta!" Le dije y ella asintió distraídamente antes de darse cuenta de que estaba enojada conmigo y luego puso los ojos en blanco. Susurró algo como un gilipollas arrogante en voz baja y me reí entre dientes.

Vamos, mi señora", le dije y puse un brazo en su espalda y la conduje a mi auto favorito. Presioné el botón y abrí la puerta para ella. Observé mientras ella su jugoso trasero se inclinaba para entrar. Gemí y Me arreglé los pantalones antes de entrar al asiento del conductor, me puse mis aviadores y vi que Valentina me miraba, no giré mi cabeza hacia ella porque quería que siguiera mirándome.

Sin embargo, mientras seguía recorriendo con la mirada mi torso, me di cuenta de lo desafortunado que iba a ser para mí. Iba a tener bolas dolorosas, azules y una polla endurecida por

toda la semana!

¡Oh, mierda, que Valentina tenga piedad de mí! Pensé mientras salía marcha atrás del garaje y conducía hacia la parte favorita de mi ciudad, Das Zentrum.