Jano Díaz: Un ser celestial.

Un encuentro inesperado

Pov: Jano

Ya habían pasado 15 días desde que Darío y yo empezamos el viaje, y parecía que ya se estaba acostumbrando a la idea de que soy un ángel, ya que al principio se sentía un poco incómodo al pensar que se había enamorado de un ser celestial.

Era por la noche, y estaba sentado a su lado cuando el me hizo una pregunta.

-Darío: Jano. ¿Tú has ido alguna vez al videojuego del que salió tu padre?

-Jano: Si, he ido varias veces después de que averiguara lo que soy. Quería conocer a mi familia, aún que a mi padre no le gustaba que estuviera allí durante mucho tiempo. Le preocupaba que mi abuelo me castigara por sus decisiones, pero mi abuelo siempre me ha tratado muy bien.

-Darío: Cuando hablas de tu abuelo, ¿te refieres a Dios?

-Jano: Si.

-Darío: ¿Y cómo es?

Justo cuando yo iba a responder, escuché un ruido entre unos arbustos, de los que salió un cuchillo que yo esquivé justo a tiempo. Después, una mujer morena y pelirroja, y un hombre alto y trajeado de pelo negro, a los que yo conocía muy bien, salieron de los mismos arbustos que el cuchillo.

-Jano: ¿Mazikeen? ¿Tío Luci?

-Darío: ¿Los conoces?

-Jano: Si, él es mi tío, Lucifer. Él me enseñó a volar, y también me hizo descubrir que el alcohol sabe a mierda. Y ella es Maziken, uno de sus demonios. Ella fue la que me enseñó a pelear.

-Maziken: Y veo que aún tienes buenos reflejos.

-Jano: Por suerte para mí. Podrías haberme matado. Ya sabes que los cuchillos demoníacos forjados en el infierno son una de las debilidades de los ángeles. Pueden herirme con tanta facilidad como a un humano.

-Lucifer: No te enfades con ella. Ya sabes que esa es su forma saludar.

-Jano: ¿Qué tal le va a mi primita Aurora? ¿Sigue estando igual de graciosa cuando se enfada?

-Lucifer: Aurora está bien. Está en el infierno con su madre, montando una fiesta tremenda. Seguro que ya están más que borrachas. Bueno, sobretodo Clohe, porque ya sabes que a los ángeles no les afecta el alcohol. Es una mierda.

-Maziken: Jano. ¿Quién es este lobito tan guapo? ¿Está soltero?

-Jano: Es Darío, y es mi novio, así que aléjate de él.

-Lucifer: ¿Novio? ¿Por qué no lo has dicho antes? Puedo contarte un par de trucos. Dime, ¿ya os habéis acostado?

-Jano: ¡TÍO LUCI!

-Lucifer: ¿Qué? Solo era una pregunta.

-Jano: ¿Qué queréis? ¿A qué habéis venido?

-Lucifer: Tu padre nos ha pedido que te buscáramos. Está preocupado. Quiere saber dónde estás.

-Jano: Tú dile que he salido de acampada o algo así. Ya se te ocurrirá algo.

-Lucifer: Pero tu ya sabes que yo no puedo mentir.

-Jano: Pués dile que no se preocupe, que estoy bien. Eso no es mentira.

-Lucifer: Vale, se lo diré. Hasta luego Jano. Encantado de conocerte Darío.

-Jano: Espera un momento. ¿Recuerdas ése favor que te hice, y que me debes uno a mí?

-Lucifer: Claro que si. Me trajiste dos botellas de un whisky exquisito. ¿Cómo iba a olvidarlo? Llevo la petaca llena.

-Jano: Estuve castigado durante dos meses.

-Lucifer: Eso no fue culpa mía. Tu padre siempre ha sido un poco severo.

-Jano: Quiero que me devuelvas el favor.

-Lucifer: ¿Y qué es lo que quieres?

-Jano: Quiero que me prometas, que si en algún momento te pido que me ayudes con algo, sea lo que sea, vendrás inmediatamente.

-Lucifer: Te lo prometo. Ahora, si no te importa, nos tenemos que ir a informar a tu padre. Como ya te he dicho, hay una fiesta en el infierno y no me gustaría perderme el concurso de chupitos.

-Jano: Adiós tío Luci. Adiós Maziken. Saludad al tío Amenadiel de mi parte. ¿Vale?

Una vez que se fueron, Darío y yo intentamos dormir. Al día siguiente nos esperaba una larga caminata.

Continuará…

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