Un regalo de amor.

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Pov: Narrador

Jano y Darío no se creían lo que oían. Los Shakays que supuestamente eran los padres de Kay, no sabían nada de que habían más aldeas.

-¿No lo sabían?- preguntó Jano incrédulo.

-Amor, no es tan raro.- dijo Darío -Mi padre me dijo una vez que hubo una guerra o algo así, y que muchas aldeas acabaron aisladas sin saber nada de las demás. Está ya es la quinta en la que he estado.-

-Esto es increíble...-

-Verán, hay... bueno, habían más aldeas, como la mía, pero han sido destruidas y ésta es la última que queda. Vinimos a advertírselo, pero durante el camino, fuimos atacados por una enorme bestia con aspecto de león. Apenas conseguimos salir con vida.-

Kay asintió varias veces con la cabeza, dándole la razón al de pelo morado.

-Tenía unos dientes enormes, unos ojos endemoniados y medía casi cuatro Shakays de alto. Tuvimos que escondernos en una cueva, y luego Jano se enfrentó a la bestia para que pudiésemos escapar.-

-¿Enserio?- preguntó Zero asombrado

-Si.-

-¿Cómo sobreviviste?-

-Tengo mis secretos.- se apresuró a contestar Jano.

-Bueno, pues que así sea.- dijo Eli mientras se volteaba a ver a su Kyumari -Zero, algo malo está pasando, ve a avisarle a Fox. Yo mientras les llevaré con Baird, seguro el tendrá alguna idea de que hacer.-

Zero asintió con la cabeza y le dió un rápido beso a Eli para luego salir de aquél lugar y acatar las órdenes de su pareja, el cuál parecía un poco distraído.

-Bien, en marcha.- ordenó Eli mientras salía, pero se detuvo al ver que nadie le estaba siguiendo. -¿Ocurre algo?-

-Emmm, papá. Jano está bastante malherido, y Darío y yo estamos demasiado cansados.- protestó Kay.

-Está bien. Ustedes quédense aquí y descansen. Yo iré a ver al Líder Baird.-

Se despidió de los presentes y salió de la enfermería. Al poco rato, Darío soltó un suspiro. Parecía algo deprimido.

-Amor. ¿Estás bien?- preguntó Jano preocupado.

-Verás amor. No quiero que te pongas celoso, pero es que es la primera vez que estoy con tantos Shakays desde lo que pasó, y no puedo evitar extrañar a Ciro.-

Aquel comentario hizo que Jano recordase que tenía un regalo que quería darle.

-Oye Darío. ¿Recuerdas las habilidades que dije que tenía?-

-Si amor. ¿Por qué lo preguntas?-

-Pues verás, resulta que hay una cosa que no te dije.- dijo mientras sacaba algo del bolsillo de su pantalón. -Resulta que hace cuatro días, por la noche, descubrí por accidente que los ángeles podemos ir al más allá, y conocí a alguien. Alguien con muchas ganas de verte otra vez.-

Jano abrió la mano y mostró el colgante que le regaló Darío, pero éste brillaba de color amarillo.

-Póntelo.-

-Amor. ¿Quién...?-

-Póntelo porfavor.-

Darío obedeció, y nada más ponérselo oyó la voz de alguien a quien añoraba.

-Dario.-

-¿C-ciro?- preguntó a punto de ponerse a llorar de la alegría.

Continuará...

ฅ⁠^⁠•⁠ﻌ⁠•⁠^⁠ฅ

Jano Díaz: Un ser celestial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora