7|"Lo malo de Sentir"

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Siempre que pensaba en Robin Brown recordaba ese casi primer beso, lo mismo que me dejo atada a un sentimiento que no existía, de ahí partieron las confusiones y el daño.

Porque si había algo que nunca podía lograr entender de Rob era el poder que él tenía sobre mí.

El simple mero hecho de hacer que yo me sintiera de dos formas a la misma ves me podía hacer sentir la alegría más grande, las mariposas vivas en mi interior, y todo lo hermoso que puedes sentir por una persona, y al mismo tiempo me podía hacer sentir la última opción en su vida, y matar todo lo que en mi mente tenía cabida o podía existir entre los dos.

Después de a ver pasado por aquella situación, creí que yo Ema Divise era alguien importante en la vida Robin Brown, me sentía tomada en cuenta, y es que charlábamos más a menudo y pese a que ya no éramos compañeros, siempre estábamos juntos y de vez en cuando pasábamos todas las tardes en el taller, y hasta me iba a dejar.

Por eso creo que me ilusioné de esa parte que estaba conociendo de él, creí que todo estaba resuelto, que íbamos en subida y que esta ves todo iba a funcionar.

"Pero ya saben, mala mía."

-Ema estas saliendo con Rob?, pregunto Bella quien a veces se acercaba un poco más a mi cuando estábamos en el taller.

Yo ordenaba mis cosas en el baño mientras me daba los últimos retoques para salir a un evento más.

Si, ósea no se la verdad es muy complicado Bella.

-Porque acaso no te gusta? ¿o es él muy complicado? se rio.

No es que no tenemos nada, solo salimos, es un caballero y me encanta, pero no hay nada estipulado, no somos pareja, y ni yo sé que somos, solo sé que la pasamos bien cuando estamos juntos.

-Ah, entonces solo debes darle su tiempo, quizás así él se aclara, ¿Por qué ustedes no se han besado aun?

La miré sin entender a donde quería llegar, aun así, sentí que tenía razón en el hecho de tomar un poco de distancia para aclarar lo que había entre nosotros.

Y no, no hemos llegado a besarnos, como te digo solo salimos. Y de acuerdo con ello yo no soy así, no me gustan las cosas rápidas.

Terminamos la conversación ambas saliendo del baño.

Aquellos días siguientes a esa conversación se volvieron extraños, ella y yo no hablamos, así mismo por más que me tope con Rob no hubo ni un tipo de contacto o estrecho de palabra.

Bella era mi compañera y en medida la llamaba amiga por que solía contarle muchas cosas de mí.

Al final de la semana, al salir de la secundaria, me lleve una gran sorpresa.

Me disponía a ir al baño y luego ya arreglada como siempre salir, Rob y yo éramos algo sin nombre, algo enredado. Pero aun así solíamos hablar por las tardes, donde como ley él me esperaba en el mismo sitio, como siempre a la misma hora.

Aun así, ese día no me extrañe cuando al salir del baño no me lo encontré, como les había contado él estaba muy raro y ni siquiera había podido coordinar mi salida con él, y Bella por otro lado también se mantenía muy distante y rara.

Tan poco recibí un mensaje de Rob, ni mucho menos una explicación de su cabio de actitud.

Entonces junto a Lily y a Dana a quienes llame por teléfono para no ir sola a la salida, iríamos afuera de la secundaria, de lo que sería una tarde cualquiera en una semana más.

-Ema guapa, será mejor que frenes el paso y no salgas ahora, es mejor que no te enteres... Menciono Lily mirando hacia afuera del portón, con cara de preocupación.

¿Enterarme de qué? ¿Qué es lo que pasa?

-Bueno creo que esto, yo ya lo veía venir y se como es Rob, todos sabemos que es un mujeriego y que no sabe estar en una relación, y yo no te lo puedo ocultar, así que veló tu misma y ahórrate el daño.

Señalo frente a nosotros un montón de gente, le devolví una mirada en silencio ya que estaba sin encontrar nada, pero me obligo a volver a mirar, y esta vez detenidamente fue que lo encontré.

En medio de muchos chicos, y apoyado en un árbol con esa sonrisa característica, y el típico buzo deportivo lo vi, el príncipe de película equivocada, Robin Brown estaba ahí.

Fue la peor de las sensaciones, en ese pequeño punto yo ya lo quería matar.

 Robin Brown con una de sus manos abrazando de la cintura a Bella, quien se reía y observaba hacia todos lados buscando a alguien, y ahí estaban ambos, él creyéndose el galán de película que se las sabe por libro y ella rodeada de un amor que no le correspondía.

Pero algo estaba claro conmigo, él ya no jugaría más con mis sentimientos por que en ese punto exacto él mismo habia puesto una barrera de cemento entre los dos.

-

Ellos eran quienes casi con la mirada se comían, sin tener vergüenza alguna, sin bajar en lo más mínimo la cabeza cuando yo estuve cerca de ellos.

La gente se movió y con aquel vaivén extraño de direcciones, taparon frente a mi lo que sería un beso, el mismo que me debía a ver dado aquella tarde en la parada de locomoción.

-

Bueno chicas yo voy a casa, vayan ustedes a la plaza yo no me siento bien.

Podría a ver actuado como la loca típica que va a pedir explicaciones, pero él y yo no éramos nada, guarde mis preguntas y mis ganas de observarlos, y los evite. Me puse los audífonos con todo el volumen posible y me fui a casa, con el corazón roto.

Seguí mi camino sin desviar mis pasos y sin mirarle a él.

No sé si me vieron, si era un plan para conseguir algo de mí, si era para hacerme daño, o para como siempre Robin Brown dar que hablar.

Camine intentando alejarme entre la gente de ellos, evitando llamar su atención, camine teniendo el corazón a medias, soltando junto a ello aquella extraña confianza que le había dado a Bella.

Guardando una vez más las palabras, los sentimientos y el amor que no tenía cabida en ese lugar, porque no era él, no era la gente, menos eran las amistades que teníamos, era lo hondo lo que quema, lo que duele de quererlo cada día más, pese a que él no me dejaba de fallar.

Es por eso que llegue a casa abrumada, la pena me llegaba a los huesos, y pese a que lo controlaba todo siempre, no pude evitar echarme a llorar, deje la mochila sobre la cama, y casi sin hacer ruido, me eche a llorar.

Fui eliminando cada pequeño detalle de él, la rosa, las fotos, los mensajes, su contacto, todo absolutamente todo lo que tenía una conexión directa con él.

Estaba dolida, abrumada de quererle, de buscarle, de idealizarle y en el peor de los casos, obsesionada con el hecho de ya no saber nada de él.

Y ya no queriendo saber nada más de Bella, la chica amable, la misma que fingió amistad, dando consejos de amor que siempre fueron para su propio bienestar.

Y los vería siempre, pero eso era algo que no sabría cómo, ni donde, ni cuando iba a pasar, y que, pese a que provocará una herida enorme en mí, tarde o temprano me tendría que empezar acostumbrar, porque Robin Brown no me pertenecía a mí.

BESOS CON SABOR A SAL© [TERMINADA Y EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora