12

1.7K 147 93
                                    

Sanji y (Tn) fueron caminando. Los dos estaban bastante nerviosos y no sabían de lo que hablar.

-La luna está preciosa hoy -dijo (Tn) mirando al cielo.

Sanji se giró para mirarla con ojos como platos.

<<¿Se me acaba de declarar?>> Pensó el rubio. No se lo podía creer. Pensó en la frase que se utilizaba para responder a esa declaración, la tenía grabada a fuego en su cabeza por si algún día pasaba.

-Estoy en paz -dijo como respuesta.

(Tn) lo miró extrañada. En realidad, la chica no tenía ni idea del significado de "la luna está hermosa hoy" y menos de la frase que se dice para responder.

-¿Por qué dices eso? -preguntó perpleja.

Sanji desvió la mirada, nervioso. 

<<Mierda, he metido la pata. Idiota, deja de creerte que le gustas.>> Pensó.

-Discúlpame, no es nada. Tonterías mías -dijo el rubio sonriendo nerviosamente.

Antes de que los dos pudiesen seguir hablando, los dos se quedaron fascinados por la ciudad. Las grandes avenidas estaban iluminadas por grandes y lujosas luces, todos los escaparates de las tiendas brillaban, y muchas parejas ricachonas se paseaban por las calles.

-¿Pensará la gente que somos ricos? -dijo (Tn) con una sonrisa divertida.

-Si quieres que piensen que eres rica, tienes que actuar como una -dijo el rubio.

(Tn) puso cara de asco.

-Los ricos me dan mucho asco, creen que pueden hacer lo que les plazca solo por tener dinero -dijo fulminado con la mirada a las parejas que pasaban por ahí-. Si yo fuera rica, desde luego que no compraría tantas joyas ni vestidos caros como hacen esas chicas que van por ahí -señaló a un grupo de niñatas ricas que iban riendo, presumiendo sus joyas caras y vestidos lujosos.

-¿No te gusta lo lujoso? -preguntó Sanji. Estaba acostumbrado a tener una mujer en el barco a la que le perdían ese tipo de cosas.

-Al contrario que Nami, no estoy nada atraída por lo material, me interesan más otro tipo de cosas -dijo ella girándose para mirarlo.

-¿En qué te gastarías todo ese dinero entonces? -preguntó Sanji, curioso.

-Depende -empezó a pensar-. Lo usaría para fundar escuelas, o un buen orfanato. Y si me sobrase, utilizaría lo que queda para ayudarte a abrir tu restaurante -sonrió.

Sanji se quedó boquiabierto.

-¿Mi restaurante? -dijo con un hilo de voz.

-Claro, prefiero gastarlo en algo que haga feliz a los demás, y que además sea importante.

-¡Eres encantadora, (Tn)-chan! -empezó a revolotear alrededor de ella, como una abeja que busca polen en una flor.

(Tn) frunció el ceño, pero también se sonrojo un poco. 

-Si haces el tonto no te ayudaré -mintió. Hiciese o no hiciese el tonto, daría y haría todo por él, porque esa era su manera de demostrar afecto.

Sanji se aclaró la garganta 

-Perdóname, (Tn)-chan.

-¿Y tú, para que lo usarías? -preguntó ella.

Millones de ideas inapropiadas se le pasaron por la cabeza a Sanji, pero las aparto de su cabeza buscando otra más seria.

-Hmm... supongo que lo usaría para comprar y probar todos los productos del mundo y también para abrir mi restaurante -sonrió. Cuando hablaba de cocina, siempre se le iluminaban los ojos. A (Tn) le perdía verlo así.

Mi All Blue (Sanji x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora