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Miraba con entusiasmo el escritorio, por fin había podido recaudar todo lo que necesitaba para cumplir su meta, y dirán: ¿Que meta? Nada menos que mudarse, sí, mudarse. Desde hace cuatro meses empezó su recaudación trabajando en un puesto dentro de una cafetería conocida para cumplir su meta y se sentía orgulloso de sí mismo por su esfuerzo.
Mudarse le traería algo más que una vida nueva, una vida mejorada, con más oportunidades. Y aunque tendría que alejarse de su familia por ir a vivir a otra ciudad, sabía que era un sacrificio que traería frutos. Había ido a Lima un par de veces, pero nunca para quedarse a vivir, era algo nuevo y no iba a negar que tenía miedo, pero no estaría solo, estaría con su querido amigo Duxo. No vivirían juntos, pero su departamento estaba a solo tres pisos debajo del pelinegro, cosa que le brindaría seguridad.
En la ciudad podría centrarse en lo que más le gustaba: hacer transmisiones. Desde hace cuatro meses lo había dejado solo para trabajar y cumplir su objetivo. Pero ahora, podría dedicarse a hacerlo.
Todo ahí sería nuevo para él, desde andar por las concurridas calles hasta hablar con las personas de alrededor. Cada mínima cosa le traía una extrañes. Pero tenía la suerte de estar con su querido amigo, quién se había ofrecido para adaptarlo en la ciudad, aunque digamos que al principio no aceptó de buena manera.
—Oh genial, ahora tendré que ver tu cara todos los días de mi vida, qué lástima… — dijo bromeando un pelinegro al otro lado del teléfono.
—¡Hey! ¿Eso es algo bueno, no? —comentó el castaño de orbes naranjas, riendo él también.
—Si tú lo dices… —hizo una pausa—. ¿Y cuándo te mudas?—
—En una semana, tengo que ver algunas cosas aquí aún, además de tener que hacer los trámites del departamento, ni siquiera lo he comprado —dijo rascando su nuca, dando un pequeño suspiro.
—¿Ni siquiera has comprado el departamento y ya piensas en mudarte? Sí que eres un apresurado Aquinito.
—¡No es eso! Solo ordeno las cosas y las adelanto para tener tiempo, además, los trámites no serán muy largos.
—Oh, querido Aquinito... ¿No sabes que los trámites duran casi un mes, no? —se rio internamente del contrario, sí que era algo ingenuo.
—¡¿Qué?! —soltó un grito de la sorpresa, no hubiera imaginado tanto tiempo para unos trámites, pensaba que solo era pagar y mudarse.
La persona a la otra línea no se contuvo su risa, dejando al castaño con un sentimiento de vergüenza. Su torpeza era algo peculiar de él, pero a veces esa torpeza lo dejaba en ridículo.
—No te preocupes Aquinin, ¡yo estoy aquí para ayudarte! Hablaré con la dueña para que te proporcione los registros y documentos rápido —el castaño no podía creerlo, ¿acaso el azabache se estaba ofreciendo para ayudarlo? ¿Era una broma de mal gusto?
—¿Te caíste de la cama? —preguntó sin poder pensar ese ofrecimiento, Duxo no era de hacer cosas por otras personas, siempre era una egoísta que solo se preocupaba por él y su bienestar. Pero aun así, lo quería, era su amigo.
—¿Uh? Claro que no, ¿Me crees un bebé?
—¿Entonces a que se debe ese atrevimiento?
—¿Qué acaso no puedo apoyar a mi querido amigo?
—Duxo me estás asustando...
—¡Oh vamos! Ni que fuera la primera vez que soy amable contigo, me dejas como mala persona Aquino.
—Pues..¡sí! ¡La última vez que nos vimos casi me tiras de las putas escaleras! ¿Esa es tu definición de amabilidad Duxo?
—¡Fue un accidente! ¡Agh! ¿Sabes qué? Nunca más vuelvo a ser amable contigo, hazlo tú solo hijo de puta —dijo irritado el azabache, la actitud del contrario a veces era muy arrogante.
—¡Ok, ok! ¡Perdón! —dijo arrepentido de lo que sea que se haya enojado el azabache—. Ayúdame, ¿si Duxo?
—Agh mierda, solo contigo doy segundas oportunidades, si fueras Locochon te mandaría al infierno... —sobo su entrecejo perdonando al castaño.
—¿Qué tienes con Locochon, acaso te hizo algo?
—No, solo me llevo así con él, no te preocupes, es nuestra relación amistosa —dio una pausa—. Aunque...también lo tendré que ver más, maldita sea, me lleno de idiotas.
—¿Te dijo cuando se mudará?, no me dijo nada a mí, solo sé que se mudará junto con Cejo, se veía venir.
—Dentro de un mes, o más.
—¡Hey! A ti te dicen de todo, ¡No es justo!
—No es mi culpa generar tanta confianza.
—¿Me estás diciendo que no genero confianza? Todavía me insultas...qué malo eres Duxo Clayton —fingió estar lastimado, le encantaba molestar al azabache.
—Solo digo la verdad, no soy mentiroso como tú —fue la gota que colmó el vaso, y como si una furia lo invadiera, escupió las palabras sin pensar.
—Jódete Duxorethey, vete al puto infierno —y colgó, pueda que sea un chico amable, pero a la hora de enojarse e irritarse era una persona completamente diferente.
Por su parte, el azabache solo se limitaba a reír sin descanso, se le hacía gracioso lo rápido que se ofendía.
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¡Hey, hey, hey! Esta es una breve introducción de lo que vendría ser ya el fanfic. ¡En esta parte podrán ver tanto las personalidades de los personajes, como sus vidas y además conocer mi tipo de narración por si son nuevos!
Bueno...esta sería una despedida hasta otra actualización, ¡Nos vemos!
