tell me you Love Me [KAGEHINA] [FINALIZADA]

Ámame

—¡Vamos shoyo-kun!— Gritaba aquella chica de cabellos azul oscuro, con un poco de rubor en sus mejillas. Haciendo que el azabache la matará con la mirada, a esta no le importaba en absoluto, solo tenía un propósito. Y ese era hacer a shoto suyo.

—Maldicion shoyo, tienes muy buena suerte con las mujeres. —Decía nishinoya reclamándole. —

—Es porque el enano para las mujeres se ve tierno y lindo, quitando su estatura. Sería aún más atractivo si fueras más alto y no un duende.

—¡Tsukishima bastado!

—Tsuki... No digas esas cosas, a las mujeres les parece lindo Hinata y ven el potencial que hay en el, y tal vez eso les guste.

—Yo digo que mejor dejemos de hablar de este tema, sino quieren que el rey les corte las pelotas.

—¡Bastardo, deja de llamarme así!

—Chicos ya paren, si Daiichi-san los ve pelear, no quiero ni imaginar lo que les hará.

—Tienes razón, nos vemos rey.

—Hijo de perra. —Un kageyama enojado volteo a ver a Hinata, quien miraba a aquella chica con una sonrisa, saludandola. Mientras ésta saltaba haciendole porras.

—Deja de estar coqueteando y ponte a entrenar.

—¿¡Quién dijo que estaba coqueteando!?

—No te hagas el tonto, se muy bien que muy en el fondo esa chica te atrae.

—De qué mierda hablas.

—Mejor callate y ponte en tu posición.

—Tks... No se lo que te pasa... No me digas, ¿Acaso estas celoso?
—Kageyama frunció el ceño ante mi pregunta, era obvio que estaba celoso, eso me causó mucha gracia, era típico de el estar celoso de cualquiera que se me acerque. Más si era alguien que gustase de mi, aun así solo me acerque a él y puse mis manos sobre su pecho, viéndo hacia arriba para ver su rostro, solo miró hacia abajo y me tomó de la cintura, había aprendido algo de kageyama y eso era que siempre le gustaba tomarme por la cintura. No sabía exactamente el porqué, solo me dejaba llevar por aquel beso, dejando esa pregunta de lado.

—Mmhg... Espera, estamos en entrenamiento.

—Deja de provocarme entonces.

—Tu eres quien se excita solo.

—Si claro, no puedo evitarlo. Eres demasiado sexy... Y más cuando te levantas la camisa para secar tu sudor, se mira todo tu abdomen y tu cintura.

—Idiota... Deja de decir esas cosas.

—No te preocupes, en la casa lo podremos decir tanto como queramos.

—Ya veo, así que quieres tener sexo nada más lleguemos.

—Se podría decir que si... O ¿lo quieres hacer aquí?

—¡Por supuesto que no!... Rápidamente nos podrían descubrir.

—Aún así sería muy excitante.

—Pervertido, oye kageyama.

—Dime.

—¿Por qué te gusta tanto mi cintura?

—Vaya, no me esperaba una pregunta así. Pero te la responderé... Tienes una muy linda cintura, pequeña y delgada y tu piel es muy blanca y suave, fácilmente mis manos la pueden rodear o te puedo abrazar y besar, tu cuerpo es pequeño. Por lo que fácilmente completa con el mío.