Capítulo 10 - Caza de brujas - parte 1

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Disclaimer: Esta historia está inspirada, en parte, en el universo de Harry Potter de J.K Rowling. Salvo algún que otro personaje de mi invención, todos los ambientes, personajes, argumentos, hechizos y todo lo reconocible pertenece a la autora, yo solo los tomo los mezclo y agrego cosas.

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"Bienvenido al maravilloso mundo de los celos. Por el precio de su entrada, obtiene un maldito dolor de cabeza, un deseo casi irresistible de cometer un homicidio. Y un complejo de inferioridad. ¡Viva!"

Amante oscuro - Saga: La hermandad de la daga negra - J. R. Ward

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Capítulo 10: Caza de brujas - Parte 1

Enero de 1692 d.C. - Salem, Massachusetts - EE.UU

Al fin estaban en una época en la que tenían un poco más de información. Al menos la quema de brujas de Salem les era bastante familiar y no necesitaban usar hechizos para poder mezclarse entre los aldeanos. Ambos tenían un perfecto acento inglés y habían escuchado lo suficiente de la clase del profesor Binns como para moverse con soltura allí.

El único problema, según Draco, radicaba en lo horrible que era la ropa que se usaba en esa época. Él había detestado la enorme cantidad de prendas que debía ponerse para cubrirse del frío escandinavo pero ahora el greguesco era simplemente ridículo. Aquella moda no era práctica, útil y mucho menos bonita. Además no lo favorecía, lo hacía verse afeminado.

Draco al menos podía usar prendas en su mayoría negras y podía fingir demencia para olvidar la cosa que abultaba sus pantalones y que no pertenecía precisamente a su cuerpo. Otra cosa que odiaba era el cuello valona que lo hacía ver como si usara un babero de forma permanente y lo hacía sentirse estúpido.

Hermione solía reír cada mañana cuando él comenzaba su acostumbrada rutina de quejarse mientras se vestía. La mayoría del tiempo él exageraba para oír su risa. Desde que ella había pasado tiempo inconsciente, él había desarrollado una obsesión poco sana por mantenerla hablando o riendo. Probablemente se había vuelto un poco loco pero ella no parecía notarlo o lo ignoraba para complacerlo.

Los últimos días en que estuvieron en Escandinavia ellos los habían utilizado para sanar. Solamente para eso. Si bien Hermione comenzó a sentirse físicamente bien luego de tres días de reposo, Draco le prohibió moverse por casi una semana más. Gracias a las pociones la piel sanaba rápido pero él no sabía que tan afectados podían estar sus órganos internos a causa del humo y el fuego. En ese tiempo él también había aprovechado para que su hombro sanara completamente y que recuperase su movilidad de antaño. Parecían haber comenzado una especie de colección de cicatrices y la verdad que no era algo que le gustara.

En esos días que ambos habían estado inactivos y escondidos, habían visto los movimientos del ejército de Ingold en retirada y de los hombres de Sverker preparándose para vengar las muertes de sus mujeres e hijos. No hubo funerales. Uppsala había ardido hasta los cimientos y con ella los cuerpos de sus habitantes más indefensos.

Mientras ambos ejércitos se movían y rodeaban planeando el próximo enfrentamiento, Draco había aprovechado el caos para robar la mayor cantidad de provisiones que pudo del langhús y las cabañas vecinas. No le agradaba aquello pero los tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Con Hermione convaleciente, él no podía aventurarse demasiado lejos de la tienda y estaba completamente seguro de que sería difícil cazar algo con tantos soldados recorriendo los bosques cercanos a Uppsala.

Ahora que estaban en una nueva ubicación, habían decidido que evitarían los problemas tanto como les fuera posible. Estaban casi seguros de que la fuente mágica tenía que ver con la quema de brujas que se haría pronto en aquel pueblo, así que no había mucho más por averiguar. No creían que algo más hubiera causado aquella peculiar ventana.

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