CARTA

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Si estás leyendo esto, seguramente eres el heredero al que di a luz.

Ha pasado un mes desde que me convertí en la Emperatriz, pero me temo que no podré ejercer mi título. La Daga ha bloqueado todos mis canales de contacto y ha impuesto una lista de reglas estrictas. Estoy confinada a mi habitación, sin la más mínima libertad.

Se ha dado cuenta.

No sé cuándo ni cómo lo descubrió, pero debe haber un pajarillo. No hablo con la doncella sobre mis planes, y nadie en este lado tiene información. Solo soy la Emperatriz encargada de dar a luz al heredero.

Mis cartas, todas interceptadas, me han forzado a escribirte de manera clandestina, esperando que algún día estas palabras te lleguen. Conozco el destino que te espera. La Daga no tiene intención de cederte poder real. Solo serás una marioneta en su teatro.

No te resignes a ese papel. Debes ser más que una pieza en su juego. Debes convertirte en un sol naciente para el Imperio, una fuerza que brille con luz propia y que inspire a otros.

Eres más que una marioneta. Eres mi hijo, y en ti deposito todas mis esperanzas.

Tu madre,
Lia de Heldegar.

YO SERÉ TU ESPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora