Capitulo 25

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DALIA

Las calles de Canadá me reciben con una brisa helada , las estrellas brillan como una luz que te guia , ingreso al coche donde me recibe un señor de edad que le doy un saludo cordial y el hace lo mismo , le indico dónde realmente está ubicado la casa donde está mi hija   y el pone en marcha hacia el lugar , miro la hora en mi celular y son las 3:00 AM .

El auto avanza y apoyo mi cabeza en la ventanilla del coche pero me lo impide el sonido de mi celular  , miro la pantalla y es figura el nombre de Ian y contesto la llamada mientras lo dirijo hacia mi oído

— Hola Cariño — le digo , se escuchan ronquidos a través de la llamada .

Hola , Cómo estás ? Llegaste bien o tuviste un problema ? — pregunta el con preocupación .

—Viva y no tuve ningún problema o algo por el estilo —lo tranquilizo , solo se escucha su respiración como si no quisiera despertar a alguien .

—Pero aún no me acostumbro a qué me digan Señora Wrigth — hablo otra vez , se escucha una risa de parte de el .

— Y Deberás acostumbrate a qué te sigan diciendo eso , que tal un día te pido matrimonio —dice el y apuesto toda mi fortuna a qué está sonriendo y pensando sobre el matrimonio .

— O tal vez sea a revés—  digo con una sonrisa aunque el no me pueda ver , su respiración paro ahora solo se escuchan los  ronquidos de Guillermo.

—Hello sigues vivo?  le pregunto .

Si sigues así algún día morire de un ataque al corazón—me dice y antes de que diga algo , el señor chófer me dice que ya vamos a llegar a la casa .

—Cariño hablamos luego , Vale ? —le digo y espero que me responda algo y así pasa .

Okey por mi parte mandaré a la mierda a cierto intruso que está durmiendo en mi cama —me dice antes de colgar la llamada , guardo mi celular y visualizo a unas cuantas casas  una que siempre llama la atención y lo sigue siendo .

La casa donde está mi pequeña pelirroja pero de un momento a otro siento un golpe que choca contra el auto, no escucho nada de voces pidiendo ayuda  solo escucho pitidos y una voz que me pide que despierte pero de que .

Las ventanas están con sangres que cae poco a poco , me duele todo el cuerpo quiero moverme pero  me lo impide y de un momento a otro mis ojos se cierran y me deja en una oscuridad espantosa pero tranquila ........

                               _&_

Se escuchan pasos ir y venir , si estos es el infierno pues no me gusta , yo lo imagine más silencioso y cálido , no pasos de ir y venir , espera entonces si no estoy en el infierno pero si estuviera en el cielo un angelito vendría a guiarme y decirme los pecados que cometí en el otro mundo , Verdad? .

Dejo de escuchar pasos y solo escucho sonidos de máquinas , de esas máquinas que están al lado de camilla cuando estás en el hospital , solo escucho los sonidos de máquinas , ay no todavía sigo vivo parece que ni la muerte me quiere pero que le hacemos .

Lo último que recuerdo es el accidente automovilístico , ventanas rotas , sangre esparcida y tan deliciosa.

Abro los ojos y lo primero que veo es el techo blanco de la clínica , bajo mi mirada a los costados y  no hay nadie , ni una mosca tampoco .

Miro mi mano y saco la intravenosa de un tirón , la sangre empieza caer por la fuerza que imite , me levanto con cuidado de la camilla y solo estoy con una bata color celeste que no es mi gusto ni mi favorito tampoco , al menos estoy con ropa interior blanca .

Cien motivos para Amarte. (LIBRO 1, RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora