El gran día

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Se levantaron a las 5 de la mañana para tomar un vuelo directo de 2 horas y media desde Jeju hasta Seúl.

Felix había sido levantado por demasiados besos en su rostro y la melodiosa voz de su esposo cantándole el feliz cumpleaños mientras sostenía un bonito pastel individual con una velita. Había sido un lindo despertar porque luego de apagar la vela al pedir su deseo-que era por fin escapar- besó los labios de su esposo con mucha efusividad debido a la emoción.

Hoy era el día.

Si todo salía bien, hoy por fin sería libre.

Después de eso empacaron solo un cambio de ropa y se fueron, tenían que ir cómodos en el avión, después podrían hacer todo lo que Hyunjin y Felix ya habían planeado.

Justo ahora ya estaban en el aeropuerto de Jeju, esperando para abordar en la zona vip, Felix se mantenía apoyado en Hyunjin, quien lo abrazaba para mantenerlo tibio y a su lado, a Jeju llegaba mucha gente a vacacionar y claro que el pelinegro se dio cuenta de cómo mucha gente miraba a su esposo, por eso el abrazo posesivo, no los culpaba, Felix era hermoso.

Pero Felix era suyo y él no compartía.

El rubio obviamente notó los ojos de bala que le dedicaba su esposo a cada persona que lo veía por lo que solo sonrió y se giró un poco, tomando la barbilla del pelinegro con su pequeña mano para acercarlo y darle suaves besos en los labios que fueron correspondidos al instante con una sonrisa.

A Felix no le convenia que el humor de Hyunjin se arruinara o el viaje se cancelaba y adiós oportunidad de escapar.

—Ya deja de ver mal a la gente—dijo sobre sus labios dejando muchos más besos cortos.

—Pero te están mirando mucho y odio que hagan eso—gruñó contra los labios de su esposo, apegándolo más a su cuerpo.

—¿Qué más da que miren? Yo soy solo tuyo...—dijo con voz calmada, aunque por dentro decirle esa frase, estarle entregando completo control sobre él le daba pánico.

Hyunjin soltó un suspiro enamorado y terminó besando su frente, tenía razón, además, hoy era un día especial, era el cumpleaños de su solecito, nada debía de arruinarlo.

Tuvo que pasar una hora más para que les dejaran subir al avión, una vez ahí, se acomodaron en sus asientos y se relajaron, iban a ser 2 horas y media, se habían levantado temprano, lo mejor era dormir, o al menos Felix dormiría, porque cuando el avión por fin despegó y los dejaron usar sus celulares Hyunjin se puso a trabajar.

Park había estado haciendo mucho escándalo en su territorio en Seúl y eso no lo iba a permitir.

Bien, puede que le haya dejado un ojo inservible después de tantos golpes y tal vez le haya roto unas cuantas costillas, pero él no iba a permitir que le faltará al respeto a Felix con sus comentarios asquerosos.

Y ahora solo por eso estaba haciendo berrinche en su territorio.

Soltó un suspiro frustrado, pero al final no dijo nada más, miró a su esposo dormir a su lado, tan bonito y tranquilo... hoy tenía que ser un buen día, después se ocuparía de Park, por mientras seguiría trabajando desde su teléfono para evitar interrupciones en el día especial de su chico.

Las dos horas y media se pasaron volando y cuando llegó el momento Hyunjin despertó a Felix con un beso suave en sus labios, sacándole una sonrisa porque ya no estaba dormido, los últimos 15 minutos de viaje una pequeña sacudida lo habían despertado.

—¿Ya llegamos?

—Si cariño

—¿No dormiste nada?

Golden CageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora