El día en que fui más feliz

410 52 16
                                    

Felix estaba en la cocina comiendo tranquilamente el desayuno que Hyunjin le había preparado, luego de dos semanas más el rubio pudo dejar la intravenosa, ya no la necesitaba, además, se sentía mucho mejor, su tobillo estaba completamente recuperado, sus costillas no dolían, ya no se le dificultaba hablar y su rostro ya estaba sano, solo unas muy pequeñas cicatrices quedaron pero era algo sin importancia, en su momento le llegaron a preocupar-Felix sabía que uno de sus mejores puntos encantadores era su rostro-pero cuando Hyunjin le besaba con cuidado el rostro todos los días sin importarle esas cicatrices repitiéndole lo hermoso que era una y otra vez, dejó de preocuparle.

Apenas terminó de desayunar lavó todo y se dirigió a la oficina de Hyunjin, tocó un par de veces y escuchó el "adelante" de su esposo por lo que entró sonriendo suave para él.

—Hola... ¿estas ocupado?

—Para ti, nunca mi vida ¿Qué necesitas?

Esa era otra cosa, no importaba lo ocupado que estuviera, si estaba hasta el cuello de trabajo, daba igual, Hyunjin siempre lo recibiría.

—Voy a ir a la civilización ¿quieres que te traiga algo?

—Compra un pastel—se levantó y le dio su tarjeta, Felix la tomó y la guardó—Tal vez no lo recuerdes, pero hoy cumplimos 5 meses de matrimonio.

—¡¿De verdad?! —preguntó emocionado abrazándose al alto.

El pelinegro sonrió, abrazándolo por la cintura y agachándose un poco para poder besarlo, Felix correspondió enseguida abrazándose a su cuello y profundizando un poquito más el beso por la emoción.

Y Hyunjin claro que lo apegó más a su cuerpo, abriendo más la boca para besarlo con mucha más necesidad que al principio, desde que Felix despertó no lo había tocado -aunque claro que estando en coma lo tocó muchas veces- esto con el motivo de respetar el tiempo de Felix, había hablado enserio cuando dijo que quería que su relación dejara de ser únicamente basada en el deseo sexual de ambos, aunque bueno, era hombre y tenía necesidades, aun así, se había mantenido fiel a esperar a que fuera Felix el que iniciara las cosas si él lo deseaba.

Ya había abusado de él lo suficiente...

El rubio sonrió en medio del beso, mordiendo con suavidad el abultado labio inferior de su esposo tras separarse, una de sus manos abandonó su cuello solo para acariciar ese perfecto rostro que tenía.

Hyunjin lo miró con detenimiento, miró como sus bonitos ojos brillaban, vio la hermosa curva de su sonrisa, el ligero rubor en sus preciosas mejillas llenas de pecas y el cómo arrugaba su nariz al sonreír, lo miró con tanto detenimiento y se sorprendió al darse cuenta de que su Lixie era perfecto, como si fuera la primera vez que lo viera más allá de características físicas, esta vez, lo estaba mirando con el alma y se dio cuenta de cuanto lo quería.

Se acercó de nuevo para besarlo, esta vez más lento, de forma tranquila pero sensual, Felix se dejó llevar por el beso, correspondiendo de igual forma y aferrándose de nueva cuenta al cuello de su esposo mientras que este baja sus manos de la cintura a los muslos del menor para poder cargarlo, el rubio por reflejo abrazó sus piernas a la cadera del pelinegro para evitar caerse.

Con paso cuidadoso Hyunjin los encaminó a ambos al sillón de 3 plazas que estaba en la oficina, sentándose y dejando a Felix sentado encima de él. El rubio se acomodó mejor sobre su esposo dejando sus piernas una a cada lado del cuerpo de Hyunjin, colocándose directamente en su pelvis sin dejar de besarlo ni un momento.

El mayor llevó sus manos a la cadera de su esposo haciendo que se moviera un poco sobre él, Felix entendió así que comenzó a mecer sus caderas para crear fricción con su trasero, despertando así el ya medio duro pene de su marido.

Golden CageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora