Capítulo 25

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Joseph había tocado la puerta principal de la casa de los señores Carwell, Zach y Sam lo acompañaban con la esperanza de poder salvar a Elizabeth, eran las 10 de la mañana.

El señor Michael Carwell les atendió, la señora Charmine se encontraba en su recamara recuperándose de aquel impacto de recibir en su casa a una extraña que la aventó fuera de su camino, dejando a la señora adolorida.

-Buen día señor Carwell, me presento soy Joseph Anderson y vengo a ver a la señorita Carwell.

-Oh sí, ella está en su recamara.-respondió el señor Carwell mirando extrañado al chico de ojos cafés.

-Oh creo que usted no me conoce y ni me reconocería por mi nombre, mil disculpas, yo encontré a Elizabeth en el bosque le di ayuda y cuidado y luego la traje hasta aquí, su esposa me atendió.

-Oh sí claro.-sonrió el señor.

-Me acompañan mi tío Zachary Scharrier y un compañero Sam Borrew.-presentó Joseph, el señor Carwell estrecho las manos de los dos.

-¿me dejaría pasar a ver a la señorita Carwell?-preguntó Joseph cortésmente.

-Sí por supuesto, es subiendo las escaleras el segundo cuarto a la derecha.-explicó el señor Carwell abriendo paso para permitir el acceso de los hombres. -Por favor no se tarden demasiado, a mi esposa no le agradaría el hecho de que tres hombres estén en la habitación de mi nieta y menos con su hijo dentro.

-¿hijo? ¿Elizabeth tuvo un hijo?

-Oh sí, fue anoche. Es un niño muy hermoso.-respondió el señor Carwell con una mirada de orgullo, los ojos de Joseph se tornaron de color dorado, irradiaba felicidad y alegría y como no si su hijo ya había nacido. El señor Carwell notó el cambio repentino de color y se asombró salvo que decidió no darle mucha importancia. Joseph, Zachary y Sam caminaron como el señor Carwell les había indicado, pero al llegar no vieron nada más que un horrible desastre en la habitación y a una chica en el suelo.

-¡Elizabeth!-gritó Joseph corriendo a su auxilio. La chica no se movía ni siquiera parecía viva, le levantó recostándola en la cama.

-¿pero qué ha pasado aquí?- se preguntó Zachary asombrado.

-Fue Jenna.-exclamo Sam, Joseph y Zach lo miraron incrédulos. -Puedo sentirlo, su aroma esta por todo el lugar y este desastre, ella lo hizo.

-¿y el niño?- cuestiono Zach. Joseph miró una pequeña cuna improvisada al rincón de la habitación se acercó ahí con la esperanza de encontrar al pequeño dentro. Removió as mantas y almohadas que dentro estaban, sus ojos se tornaron de color azul: estaba preocupado.

-Se lo ha llevado.- murmuró Joseph con la mirada puesta en la chica en la cama. -Vayan a Casa Negra y avisen a los demás, inicien una búsqueda. Es mi hijo y quiero encontrarlo.

-Sí Joseph.-respondió Sam. Ambos salieron de la casa despidiéndose del señor Carwell solo Joseph se quedó. Se acercó a la chica acercando su cabello, mirando su rostro, este tenía pequeños rasguños. Sea lo que sea que haya pasado Joseph imaginaba que aquellos rasguños eran por haber intentado salvar a su pequeño hijo, ella haría lo que fuera por él. Y Joseph entendía eso, de alguna forma imaginaba que así fuera. La chica abrió los ojos.

-Elizabeth.-murmuró Joseph al verla. Ella abrió los ojos asombrada miró los ojos azules que la miraban.

-¿quién eres?-preguntó ella mirándolo con extrañeza aunque ese chico que se encontraba a su lado, ese chico se le hacía familiar, tanto que imaginaba que estaba soñando.

-Soy Joseph.

-¿Anderson?-cuestiono ella.

-Sí.

The Black House: Amor y Vampiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora