—Mi padre tenía una granja, sabes—, comentó jadeando por el esfuerzo. Alzó un balde y siguió el mismo camino que el mayor había tomado.
—¿Sí?
—Sí, bueno, era como su pasatiempo, creo—, narró, alzando con fuerza el balde casi a la altura de su pecho, apoyó éste en el borde de la cerca y volcó el contenido. Los cerdos se acomodaron mejor para comer—. Mi madre me contó que tenía animales... Había una vaca, se llamaba Lily.
Narró recordando.
—¿Cómo? ¿"Te contó"?—, cuestionó Carl, alzando un poco la mirada hacia la chica, entrecerrando sus ojos debido al sol.
—Bueno, no vivía con ellos—, explicó con suavidad, dejando el balde a un lado y apoyando su peso en la madera. Se escuchaban los gruñidos de los cerditos, ansiosos por la comida; y los de los caminantes, igualmente ansiosos por la comida—. Mi padre era un importante cirujano, viajaba mucho. Mi madre, vendía bienes raíces, le gustaba viajar con mi padre, a veces lograba cerrar algún trato importante en sus viajes.
La forma en la que hablaba de sus padres... Era tan cruda, tan insensible, casi como burlándose de ellos.
—Como dije, la granja era un pasatiempo. Y ambos tendían a ser un poco olvidadizos—, regresó al tema.
"—Pero dime, ¿Sí estás bien? He olvidado llamarte estos meses, lo lamento. Me preocupas, hace tiempo no sé de ti...-
—Sí, sí, estoy bien, es la universidad, mamá, me está consumiendo—, forzó una risita.
—De acuerdo, te entiendo—, cedió la mujer. Conocía tan bien a su propia madre que casi podía visualizarla mezclando un Martini con la infaltable aceituna—. ¿Este es tu número fijo? Para agendarlo y volver a llamarte. No quiero olvidarlo.
—Oh, no, no, no—, sus palabras salieron apuradas, tragó saliva intentando calmarse un poco y no delatarse ante la mujer—. Estoy llamándote desde una cabina.
El jadeo escandalizado la hizo querer rodar los ojos.
—El de casa se dañó el otro día, con la tormenta. Y el mío, bueno, lo perdí hace como una semana, creo.
Mentira. Adrian había arrancado el teléfono de la pared tiempo atrás, alegando que era innecesario y que eso solo serviría para que ella llamara a "alguna de sus muchas conquistas" -claro, como si a las personas que veía en el supermercado les pareciera atractiva la muchacha con cicatrices hasta en los hombros.
—Inaceptable. Dame un segundo, voy a buscar a tu padre.
—Mamá, no es necesario, de verdad que...-
—Shh. Cariño, nuestra hija dice que perdió su teléfono—, la mujer habló del otro lado de la línea, a juzgar por el volumen en su tono dedujo que había alejado su rostro del aparato un poco para hablar con el padre de la chica.
La pecosa logró oír el mhm de su padre, escuchando atento.
Hubo un par de murmullos más y finalmente regresó la voz de su madre, dirigiéndose con espectacular alegría a la muchacha.
—Dice que te enviará algo de dinero. ¿Cuánto cuesta uno de buena marca? Ah, no importa, dijo que te acaba de transferir a tu cuenta setecientos. Un secreto, yo te acabo de transferir seiscientos cincuenta, para que soluciones ese asunto con tu línea fija. Ahora que lo pienso, ya que mencionaste esa tormenta... seguro tienen filtraciones. ¡No, no! Te enviaré más en un rato, no permitiré que mi hija viva en esas condiciones.
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Lonely Heart || Daryl Dixon [twd]
Fanfic[EN PROCESO] [pausada] Aquel nuevo mundo no era para los débiles. El nuevo mundo se la comería viva, en todo el sentido de la palabra, si mostraba tan solo una pizca de debilidad. Le era difícil sobrevivir, por el simple hecho de que durante toda su...