Capítulo 4: Sucio

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Cuando Rosé se despierta por la mañana, encuentra a Jennie empacando su bolsa de dormir, con el vaso de agua junto a ella.

"Hola," dice Rosé.

Jennie no levanta la vista. "Hola."

"¿Te sientes bien?"

"Creo que tengo resaca."

"Sí. Yo tambien. Sólo bebe esa agua. ¿Quieres que te prepare un poco de café?"

Jennie duda; se pone un pendiente y mira hacia el suelo.

Rosé se sienta completamente en la cama. "Mira," dice ella, atando su cabello en un moño, "Sé que las dos estamos actuando raro por lo de anoche-"

"No." interrumpe Jennie, con su rostro arrugado.

"¿No?"

"Solo... no intentes traer lo de anoche a esta mañana. Tu siempre haces eso. Siempre tratas de sacar las cosas a la luz. Solo déjalo ser, ¿de acuerdo? Era una fiesta, era tarde en la noche, las dos estábamos muy borrachas, así que dejémoslo en paz. No quiero hablar de ello."

"Pero nosotras-"

"Rosé."

La voz de Jennie es aguda cuando habla. Rosé siente que algo se le hunde en el estómago.

"Está bien," ella dice.

Luego ambas se quedan en silencio, y Rosé se siente como si fueran dos niñas pequeñas sentadas en un charco de lodo, sin saber cómo se siente esta inmersión, sin saber si alguna vez volverán a estár limpias.

"Necesito sacar a pasear a Kuma," dice Jennie, poniéndose de pie y balanceando su bolso sobre su hombro. "Te veré más tarde."

"Diviértete," dice Rosé, su voz suena falsa para sus propios oídos.

Jennie sale de la habitación, y Rosé se esconde debajo de las sábanas.

***

Más tarde esa mañana, la mamá de Rosé arrastra a Rosé y Alice a la misa del Miércoles de Ceniza en St. Mary. "No queremos ir," se queja Alice desde el asiento trasero del auto.

"Qué lástima," dice su mamá.

"No queremos suciedad en nuestras frentes," dice Rosé.

"Deja de llamarlo 'suciedad'. Sean respetuosas. Con todas las bendiciones en sus vidas, deben querer agradecer a Dios por todo lo que tienen."

Rosé se sienta en la misa con nudos en el estómago. El Padre Marco pronuncia una homilía sobre el comienzo de la temporada de Pascua, sobre lo que significa para ellos como católicos, sobre cómo deben recordar el sacrificio deliberado de Cristo todos los días durante las próximas seis semanas. Rosé desvía la mirada del Crucifijo de tamaño natural que cuelga sobre el altar.

Ella se pone en la fila para recibir las cenizas, siente al Padre Marco pasar las cenizas en un patrón en forma de cruz en su frente, escucha las palabras, Recuerda que eres polvo y al polvo volverás, murmuradas a su alrededor.

Vuelve a su banco y trata de no tocarse la frente. A su izquierda, Alice y su madre parecen no inmutarse por las cenizas: Alice se toca las uñas y su madre cierra los ojos en oración. Pero Rosé no puede resistirse a llevarse una mano a la frente y presionar sus dedos contra la marca allí. Cuando retira la mano, sus dedos están manchados con carbón sucio. No vuelve a mirar hacia el Crucifijo.

***

Ella todavía se siente inquieta cuando llegan a casa despues de la misa. Su mamá se sirve un vaso de té dulce y entra al estudio para revisar su correo electrónico. Rosé y Alice revuelven los pies en la cocina, preparándose sándwiches de ensalada de pollo, y Alice empieza a charlar sobre lo divertido que fue Scott en la fiesta de anoche.

Su nombre en el cielo《Chaennie》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora