Su nombre en el cielo《Chaennie》

Capítulo 5: Chico y Chica

Durante la primera semana completa de marzo, cuando Rosé pasa por la oficina del consejo estudiantil despues de la escuela, encuentra a Jennie con una rosa roja en la mano.

"¿Qué es eso?" pregunta Rosé, la escena no tiene sentido para ella.

"Jackson me invitó al baile de graduación," dice Jennie, recostándose contra la pizarra y girando el tallo entre sus dedos.

"¿Al baile?"

"Sí," Jennie sonríe.

"¿Y él te dio una flor?"

"Una rosa. Mira, huele."

Rosé se acerca la rosa a la cara, pero no puede oler nada. "Impresionante," dice ella, la palabra raspando desde algún lugar hueco dentro de su estómago.

La puerta se abre y Michele se apresura a entrar en la oficina, dirigiéndose directamente al escritorio de vicepresidente sin mirar a ninguna de las dos.

Rosé le devuelve la rosa a Jennie. "Te veré más tarde."

"Te llamaré por la tarea de Literatura AP," dice Jennie, sus ojos se posan en los de Rosé solo brevemente antes de volver a mirar la rosa.

Rosé tiene su mano en la puerta cuando la voz chirriante de Michele la detiene. "¿Qué es eso?"

Michele está mirando la rosa. Su mandíbula cuelga suelta de su cara.

Jennie la mira sin pestañear. "Es una rosa..." dice lentamente, como si le hablara a un niño pequeño.

"¿Quién te la dio?"

"Jackson. ¿Por qué?"

Michele empuja su lengua contra sus dientes frontales. Después de un largo segundo, ella dice: "¿Te invitó al baile de graduación?"

"Sí," dice Jennie, "y no veo por qué te importa. Rompió contigo hace casi seis meses. Y luego lo delataste con el Padre Marco. ¿Recuerdas?"

El rostro de Michele se sonroja. Respira con dificultad por la nariz mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

"Me pidió que fuera con él," continúa Jennie, sin parpadear, "y quiero hacerlo. Así que voy a ir."

Michele arranca su mochila del escritorio y sale corriendo de la habitación, empujando a Rosé con el hombro en su prisa por salir por la puerta.

Jennie parpadea muy rápido, sus pestañas revoloteando como alas de pájaro. Aprieta los labios uno contra el otro y arroja la rosa sobre su escritorio.

"Eso no fue propio de ti," dice Rosé en voz baja.

Jennie se deja caer en su silla y deja caer los hombros sobre su escritorio. "Muchas cosas no han sido propias de mi últimamente," dice ella.

***

El jueves por la mañana, cuando Rosé se detiene en su lugar de estacionamiento, se da cuenta de que Jackson está de pie junto a Jennie y su auto. Jennie sostiene una caja blanca rectangular y delgada en sus brazos.

"¿Qué está haciendo él aquí?" Alice frunce el ceño. "Nunca llega aquí antes que nosotras."

"Buenos días," dice Jackson cuando ellas salen del auto.

"Hola," dice Rosé. "Hoy llegas temprano."

Jackson se encoge de hombros y mira a Jennie. "Me dio la gana de hacerlo."

"Jackson nos trajo donas," dice Jennie, abriendo la tapa de la caja blanca. En el interior, hay media docena de donas, glaceadas y cubiertas con cobertura de chocolate.